EN LA BRÚJULA

El monólogo de las ocho: "Pedro Sánchez ha querido hacer creer que no había caso y que todo era una intoxicación de medios ultras, sindicatos ultras y jueces ultras"

El monólogo de Rafa Latorre en el que reflexiona sobre la investigación a Begoña Gómez y sobre la absolución de Camps tras 15 años de causa judicial.

Rafa Latorre

Madrid |

¿Qué significa que la Audiencia Provincial de Madrid haya avalado la investigación del juez Peinado sobre Begoña Gómez? Respecto de la situación judicial de la investigada, que la investigación continúa. De forma acotada porque ha de centrarse en las cartas de apoyo firmadas por Begoña Gómez en favor del patrocinador de su cátedra en la Complutense.

Lo próximo será una ronda de testificales en la que el empresario Carlos Barrabés prestará declaración como testigo.

La situación de Begoña Gómez no ha cambiado por tanto, ella lleva investigada desde que el juez decidió abrir diligencia. La que ha cambiado es la situación de Pedro Sánchez.

Pedro Sánchez comparecerá en la comisión de investigación del Senado, pero el PP ha decidido que sea después de las elecciones europeas. Quizás ahí ofrezca las explicaciones que hasta ahora no ha ofrecido.

Con la pantomima de la carta, que hoy se revela un episodio aún más grotesco y falsario, Pedro Sánchez ha querido hacer creer que no había caso y que todo era una intoxicación de medios ultras, sindicatos ultras y jueces ultras. Por eso conviene aclarar algunas cosas.

Begoña Gómez bien puede que exonerada en este proceso, porque una investigación no infiere culpa. Tendrá que defenderse, ni más que como cualquier ciudadano. Con el mismo derecho a la presunción de inocencia.

Y a partir de aquí. Este no es caso de Manos Limpias contra la UCO, como quiere describir el grosero argumentario oficial. Todo el mundo tiene derecho a la acción judicial por pérfido que sea. El acusado no sienta a nadie en el banquillo, lo hace un juez. Y la Guardia Civil ni instruye las causas ni emite sentencia: Lo hace un juez, tras estudiar el material a su disposición, incluidos los informes policiales.

Hay una institución que ya sale muy dañada y es la Fiscalía. Por su empeño obsceno en impedir la investigación. Es algo peor que llamativo el celo de la Fiscalía por que ¡NO SE INVESTIGUE! Y así lo señala la Audiencia Provincial con esa expresión tan literaria de «las lagunas de impunidad». La Fiscalía puede crear «lagunas de impunidad».

No. Las informaciones de El Confidencial en ningún caso imputan ningún delito a Begoña Gómez. Describen un hecho que el periódico considera relevantes para sus lectores. Y esos hechos no han sido desmentidos. Y Begoña Gómez puede resultar exculpada de cualquier responsabilidad penal y aún así merecen un reproche por su actuación. O al menos la exigencia de una explicación. Hay hoy otra información de esta naturaleza comprometedora.

Cuenta El Confidencial que: «‘Begoña Gómez negoció que Indra, Telefónica y Google hicieran gratis un software para su Máster’. «La mujer de Pedro Sánchez logró que las dos compañías españolas, ahora participadas por Hacienda, y el buscador estadounidense crearan a coste cero una aplicación informática para su título de la Complutense». Fue ella quien se reunió con los directivos de las empresas para convencerles.

Hombre, no parece demasiado demasiado conveniente, adecuado, decoroso… por decirlo de otra forma… prueba de que es una temeridad es este párrafo de la información: «Ante las dificultades para seguir justificando una cooperación desinteresada de esta envergadura que, además, tenía como beneficiario al Máster de la mujer del presidente del Gobierno, las tres compañías optaron por desmarcarse de la plataforma de sostenibilidad antes de acabarla». Si para las empresas era comprometedor… ¿Cómo no iba serlo para ella?

La sesión de control hoy ha estado monopolizada por este asunto. Ya han podido oír que la respuesta de Pedro Sánchez sigue siendo «la máquina del fango».

¿Existe la máquina del fango? ¿Puede la persecución judicial combinada con el populismo informativo destruir a alguien?

Miren… quien mejor puede responder hoy a esa pregunta es Francisco Camps. Hoy, 15 años de que comenzara su calvario judicial, Camps ha sido definitivamente absuelto de la última causa que pesaba sobre él. 10 de 10. 10 causas durante estos 15 años, en las 10 ha resuelto absuelto.

Hoy es de justicia hablar de un libro. Su autor es el periodista Arcadi Espada, que fue el único que se ocupó de Camps cuando era un desecho humano. El único. Ni siquiera el PP quería acercarse a alguien como Camps. El periodista cuenta cómo aquel exitoso político había llegado a esa penosa situación. El libro se titula ‘Un buen tío’ y se subtitula ‘Cómo el populismo y la posverdad liquidan a los hombres’.

El libro analiza con detenimiento, y justa estupefacción, las 170 portadas que El País le dedicó a los trajes de Francisco Camps. La de Camps es la historia de cómo se construyó una caricatura. Mediante la utilización de extractos de conversaciones obtenidas en las escuchas y que nada tenían que ver con la causa, se creó un personaje ridículo y despreciable. Sobre todo cómico. A ello contribuyó también la Fiscalía y… sí… los informes policiales… porque los informes policiales ni condenan ni absuelven y sobre esa confusión se levanta el populismo judicial en los medios. Es un caso, sin duda, aleccionador, el suyo. Hoy está exultante, entre otras circunstancias porque quienes pactaron con la Fiscalía al precio de incriminarle sí han resultado condenados. A su partido ya le ha dicho que no le importaría volver, pero hoy todos son conscientes de lo difícil que es que la absolución consiga borra la caricatura.