El monólogo de las ocho: "Cuando se insulta o se difama a la mujer de un presidente es porque se quiere dañar al presidente"
El monólogo de Rafa Latorre en el que reflexiona sobre la decisión de España de retirar a su embajadora en Argentina.
Madrid |
El Gobierno ha decidido elevar la crisis diplomático un escalón más, que es exactamente al nivel del disparate.
Al final todo es una cuestión de gradación. ¿Merecía el reproche diplomático la extravagante e insultante visita de Milei? Sin duda. El problema es cuando en la escalada se alcanza el peldaño en que resulta evidente que esto ya no va de diplomacia ni de Estado y que el interés nacional juega un papel en todo esto completamente secundario y subsidiario.
Porque está puesto al servicio de las narrativas de una campaña electoral. Miren… a esta hora si esto responde al diseño o la oportunidad es solo un detalle técnico. Lo que es inapelable es la puntualidad con la que en cada campaña se manifiesta la colusión de intereses entre el PSOE y Vox. Porque no es en absoluto casual quién acogió el acto en el que MIlei insultó a Pedro Sánchez y su esposa.
Resumen de la situación: como Milei no se va a disculpar, el canciller Albares ha anunciado tras el Consejo de Ministros que España retiraba a su embajadora de Buenos Aires. Es decir, que no regresaría tras la llamada a consultas y deja la legación de diplomática con una representación al nivel de agregado cultural.
¿Va a responder Argentina con alguna medida diplomática similar? No, ni siquiera va a llamar a consultas a su embajador, pero tampoco se va a disculpar. Lo ha confirmado esta misma tarde en una de las múltiples entrevistas que está concediendo. Porque, oigan, Javier Milei está encantado. Encantado. En realidad, incentivos tampoco le faltan. Es un hombre que se ha forjado en el conflicto.
Ahora la ventaja de una crisis diplomática, sobre todo para el Gobierno y para el equipo de campaña socialista, valga la redundancia, es que uno puede prolongarla todo lo que desea. Aún puede expulsar al embajador argentino en Madrid. Dirán… hombre, qué exageración… bueno, España ni siquiera retiró a su embajador en Rusia cuando invadió Ucrania y ya ven la de Buenos Aire se queda en Madrid hasta nuevo aviso. Que será, ya lo verán, el día después de las elecciones europeas. Ni un día más tarde.
El Gobierno está en esto de la geopolítica de alcoba. Aunque tampoco nos engañemos, porque sobre esto puede haber alguna confusión. Cuando se insulta o se difama a la mujer de un presidente es porque se quiere dañar al presidente. Quienes dicen, es que es una cuestión personal no se dan cuenta de que esa misma justificación sirve para restarle importancia a las cartas de apoyo firmadas por Begoña Gómez, que tienen importancia por la misma razón por la que lo tiene los insultos dirigidos a ella por parte de un mandatario extranjero. Porque es la mujer del presidente. A nadie le sorprendió que los insultos dirigidos por Jair Bolsonaro a la mujer de Macron provocaran un reproche diplomático… Claro, otra cosa es que esto derive en la segunda guerra de las malvinas. Pero eso ya son cuestiones de campaña, más que de diplomacia.
Recuerden que todo esto comenzó con Óscar Puente, que hoy tiene un asunto del que ocuparse, a ver si así, mientras está entretenido, deja de insultar un rato a propios y extraños.
Es que el esperadísimo estreno del AVE Vigo-Madrid ha sido un fiasco. Lo han sufrido en sus carnes unos 500 pasajeros pero el bochorno se extiende mucho más allá.
Los famosos trenes Avril llegan tres años más tarde de lo esperado. Y en el hito histórico del primer viaje entre Vigo y Madrid la travesía ha tardado 6 horas y 20 minutos. Que es… aproximadamente una hora más que si lo hicieran en coche. Contando con la inexcusable paradita en Puebla de Sanabria. 15 minutos de parada y llegas una hora antes que el AVE
¿Qué ha ocurrido? Que el el convoy se quedó parado sin alimentación eléctrica cuando estaba entrando en Orense, probablemente por lo que parecía un problema en la red de electrificación, que es competencia del ADIF. Pues no tiene problemas ADIF de los que ocuparse…
Entonces ha tenido que aparecer un Alvia de los de siempre. De los que funcionan con diesel. Para remolcar al tren hasta que pudo andar solo. Los viajeros llevaban unas dos horas parados, sin luz y con un cabreo monumental. De hecho se acordaban de aquel viaje en la campaña gallega en la que llevaron hasta a los Reyes Magos y en la que Besteiro le dio un beso a la máquina.
Y una noticia más, que informa de la legislatura que queda por delante. Una de las próximas leyes del PSOE, va a contar con el voto en contra de Sumar. O sea que el Gobierno se va a presentar dividido en el Congreso de los Diputados y el motivo de la dimisión es la prostitución. Porque en el Consejo de Ministros conviven dos culturas muy distintas de feminismo. En lo que se refiere a la llamadas transinclusión pero también en lo que se refiere a la prostitución.
El PSOE es abiertamente abolicionista. Y de hecho es uno de sus congresos más recientes levantaron la bandera del abolicionismo como unas de las señas del feminismo. Sumar no cree en la prohibición de la prostitución. Desde luego no cree en ella un partido muy importante integrado, aún, en Sumar. Que son los Comunes.
En realidad en esto también está dividido Sumar. Catalunya en Comú, Más Madrid o Compromís tienen una postura regulacionista (no prohibir la prostitución sino regularla con condiciones laborales para las mujeres que la ejercen), al contrario que Izquierda Unida, partidaria de una abolición total.
La proposición de ley del PSOE endurece las penas de prisión que ya recoge el Código Penal para los proxenetas; añade un delito nuevo, también penado con cárcel, por la cesión de locales para ejercer la prostitución; y castiga con multa a quienes contraten a prostitutas (o con prisión en el caso de que las prostitutas sean menores o especialmente vulnerables).
Y tal y cómo es de precaria la mayoría del Gobierno. Y tal y como está de partido Sumar. Toda la fe del PSOE está puesta ahora en el Partido Popular. Les van a abrir un rato el muro.