EN LA BRÚJULA

El monólogo de las ocho: "Unas comisiones que servirán para que los independentistas puedan difamar a los jueces"

Rafa Latorre reflexiona en su monólogo sobre la petición del CGPJ, la guerra entre vicepresidentas y el Consejo Europeo.

Rafa Latorre

Madrid | 15.12.2023 20:13

En realidad sólo estamos en el prólogo. El señalamiento de los jueces, por su nombre y apellidos, desde la tribuna de Miriam Nogueras ha provocado el razonable estupor de la judicatura. No es frecuente que se lea una lista de nombres de magistrados y se les cubra de indecencia.

El ministro de Justicia Félix Bolaños ha llamado a algunos de ellos según ha informado El País. Quería tranquilizarles. Al fin y al cabo él es el ministro de Justicia pero es que además Miriam Nogueras una socia del Gobierno de manera.

El problema es que esto no ha sido más que el principio, un anticipo algo grosero de lo que está por venir, que es lo que de verdad preocupa y lo que de verdad ha motivado la respuesta de los jueces.

Unas comisiones que sólo contribuirán a desprestigiar a uno de los poderes clave del Estado

La próxima semana los vocales del Poder Judicial van a discutir en un pleno qué respuesta debe dar un juez si es llamado a comparecer por una de esas comisiones legislativas que el PSOE ha concedido a Junts per Cat y que tienen el fin declarado de fiscalizar la labor de los jueces. Unas comisiones que atentan contra la separación de poderes. Unas comisiones que sólo contribuirán a desprestigiar a uno de los poderes clave del Estado. Unas comisiones que sólo servirán para que los independentistas puedan difamar a gusto a lo jueces.

Unas comisiones que fueron aprobadas esta semana con el apoyo del Gobienro del ministro Bolaños que ahora llama a los jueces para decirles que los exabruptos de Miriam Nogueras son solo un problema de hiperventilación.

En unos días el Poder Judicial celebra un pleno importante y esa reunión ha tenido hoy un prólogo. Ha hablado Vicente Guilarte, presidente del CGPJ, ha dicho que es inaceptable el señalamiento de los magistrados y algo más importante, que ninguna comisión legislativa tiene la potestad de hacer comparecer a un juez para obligarle a responder al interrogatorio de un diputado por su labor jurisdiccional.

Esto ha dicho Vicente Guilarte en el acto de entrega de los XVIII Premios del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género.

Del Estado de derecho en España se ha hablado hoy en Bruselas. Ha terminado un Consejo Europeo crucial para la política continental porque ha confirmado el comienzo de las negociaciones para el ingreso de Ucrania y Moldavia en la Unión Europea. Parecía impensable, pero la invasión rusa ha acelerado un proceso que sólo ha tenido una oposición de los 27. La de Viktor Orbán, el presidente de Hungría. Que finalmente se retiró de la votación y así retiró también su veto a las negociaciones con Ucrania. Ahora lo que está bloqueando es el mecanismo salvavidas de 50.000 millones de euros para Kiev. Orbán es el mejor amigo de Putin en la Unión Europea y ejerce como tal de forma desabrida.

En cuanto al estado de derecho en España es muy significativa la respuesta que ha dado la presidenta de la Comisión Europea Úrsula Von der Leyen, que ha optado por eludir cualquier respuesta. Podía haber dicho que la situación es incomparable con Hungría o con Polonia, pero no… ha optado por no decir nada.

Y mientras Pedro Sánchez ha continuado con su particular guerra con el presidente del PPE Manfred Weber

Y mientras Pedro Sánchez ha continuado con su particular guerra con el presidente del PPE Manfred Weber. La verdad es que Pedro Sánchez sólo sabe dividir. Enfrentar. Ya sea al PSOE, primero, a España luego y a Europa después. Yolanda Díaz no es Pablo Iglesias. Aunque utilice los mismos latinajos.

Es que Pablo Iglesias solía decir esto de Pacta sunt servanda, Pacta sunt servanda, cuando le demoraban algún compromiso. Pero, Yolanda Díaz no es Pablo Iglesias porque su capacidad de presión en este Gobierno es muy limitada, porque ha manejado tan mal, tan mal, sus opciones, que se ha quedado atrapada en la coalición.

Ahora mismo está librando su última batalla con Nadia Calviño, antes de que la vicepresidenta económica se vaya al BEI. La última batalla en realidad son muchas batallas. Porque lo que ahora la enfrenta a su adversaria favorita no es sólo el subsidio de desempleo sino también el impuesto a la banca y el impuesto a las energéticas.

Estos dos impuestos van a caducar y habrá que estudiar si se prorrogan y ya se empiezan a captar algunas señales. Aquellos que saben descifrar el politiqués van entendiendo que algo va a cambiar. Pero no sólo por la voluntad de la parte socialista del gobierno, ni siquiera por la presión de las empresas y los bancos. El otro día escuchábamos a Josu Jon Imaz de Repsol avisando. La megaempresa ha paralizado inversiones millonarias a la espera de que se resuelva la incertidumbre del marco regulatorio. Y es normal. Las empresas necesitan un entorno previsible para poder invertir y si tú las gravas con impuestos imprevistos estás afectando a sus planificaciones. Porque además este gobierno está haciendo una pedagogía perversa según la cual el beneficio empresarial es pecaminoso y hay que reducirlo.

Pedro Sánchez ya ha demostrado que puede ser perfectamente insensible a los lamentos de las empresas

Pero esto no es lo fundamental, porque Pedro Sánchez ya ha demostrado que puede ser perfectamente insensible a los lamentos de las empresas. Para muestra un Ferrovial.

Aquí el verdadero problema es que no hay mayoría. Miley dice: No hay plata. Sánchez dice: no hay diputados. Yolanda Díaz puede enfadarse, pero es que se ha manejado con una torpeza inconmensurable. Ella ha firmado un acuerdo de puro contenido económico cuyo cumplimiento no depende del Gobierno sino de un Congreso de los Diputados donde hay mayoría conservadora. De manera que no todo depende de la voluntad.

Pero además, acaba de perder a 5 diputados, se ha quedado en 26 y dramáticamente unida al PSOE. Los socialistas la culpan de haber provocado la deserción de los de Podemos. O al menos de no haber sido lo suficientemente hábil como para haberlos retenido.

Así que sí, suena muy contundente Yolanda Díaz, el problema es que en política la contundencia no es declarativa.

VÍDEO DEL MONÓLOGO