El monólogo de Alsina: La lectura del día siguiente a las elecciones
Habían pensado en ponerle un autocar descubierto para llevarle en procesión hasta la calle Génova, donde sería subido a hombros hasta la planta séptima entre gritos de ese Alberto, ese Alberto, eh, eh, pero luego cayeron en la cuenta de que además de Alberto venía Antonio, y a éste, en lugar de con fanfarrias, había que recibirle con un red bull y una bolsa de avituallamiento. A Feijoo le han abrumado sus colegas de la dirección del PP con una sucesión interminable de felicitaciones entusiastas.