Macron puede decir ahora que es una retirada táctica, un gesto conciliador el aplazar el cobro de la denominada Tasa Google hasta diciembre. Entremedias se cuelan las amenazas de Trump de imponer aranceles a las exportaciones de productos franceses, como el champan. Por cierto, uno de los mejores economistas del mundo, John Maynard Keynes, se arrepentía de no haber bebido suficiente champán en su vida.
Entre burbuja y burbuja, París se da tiempo para que la OCDE presente su propuesta de un impuesto global y armonizado sobre las grandes multinacionales digitales, las conocidas como GAFA: Google, Amazon, Facebook y Apple. Washington piensa que la tasa francesa es discriminatoria pues son las multinacionales norteamericanas las más afectadas.
Pero claro, también son las más grandes y dominantes del planeta y apenas pagan impuestos en Europa. Incluso, apenas pagan impuestos en Estados Unidos. Es la nueva oligarquía empresarial, la nueva oligarquía digital. Dicen que no son de este universo… fiscal. Todo esto nos afecta. España, desde la época de Cristóbal Montoro, tiene la intención de poner en marcha su propia Tasa Google. Calviño apuntaba hoy en Bruselas que quieren seguir adelante aunque sea unilateralmente.
Hay que señalar que esto es antes de la “retrait” francesa. La tasa Google puede esperar, una vez más, el sueño de los justos y eso que es una de las figuras fiscales de los nuevos Presupuestos que deben dejar atrás los de Montoro. Por cierto, Montoro va a ser compañero de Zapatero. Ambos van a coincidir en el Foro de Contratación Socialmente Responsable del Grupo Zinet Media. Con sus Presupuestos prorrogados por dos veces, está claro que los del PSOE no pierden de vista a Montoro.