El dinero que viene 04: Bancos centrales
En la Brújula de la Economía queremos analizar el camino que ha recorrido el dinero para pasar del mundo real y tangible de las monedas y billetes, al mundo virtual de criptomonedas con Ana Comellas.
En esta píldora de El Dinero que viene, hablamos de los que consiguen que tengamos esa confianza en el sistema financiero: los bancos centrales. En la zona euro, son el Banco Central Europeo y los 19 bancos centrales nacionales que lo componen. El Banco de España, en nuestro caso.
Vimos hace unos días, con la invención del billete, como los bancos centrales se encargaban de emitirlos, de imprimirlos. La emisión o retirada de dinero del sistema financiero se llama política monetaria, y en un principio, estaba controlada por los Estados. Te puedes imaginar que, cada vez que un gobernante necesitaba dinero, mandaba al banco central poner en marcha la maquinita.
El Banco de España, nuestro banco central
Esa máquina es la que querríamos tener todos… ¿qué tiene de malo? Hace dos semanas, en la frutería, tenían cerezas. Eran espectaculares… tanto, que cuando pregunté el precio para darme un capricho de primavera, me dijeron que estaban a 60 euros el kilo. Ahora mismo, hay muy pocas, y cuestan mucho. En verano, que tendremos muchísimas cerezas, podremos comprarlas por 20 veces menos. ¿Compraste las cerezas? Qué va… ¿Qué te crees, que trabajo en el Banco de España?
El caso es que con el dinero, pasaría lo mismo: si hubiese muchísimo dinero en circulación, pero las mismas cosas que comprar, cada billete y moneda valdrían menos, porque todos estaríamos dispuestos a pagar más por las cosas, así que las empresas subirían los precios. Imagina que un jersey cuesta hoy 50 euros, y la semana que viene 100. Si tuvieses 50 euros, ¿los ahorrarías? No, claro que no, te lo gastarías, porque hoy me compro un jersey y la semana que viene ni las mangas.
Además, como los precios estarían subiendo, tendrías que pedir a tu jefe que te subiese el sueldo cada varias semanas, no ya para llenar tu armario, sino para poder llenar la nevera. Como los empleados costarían cada vez más, el precio de los productos seguiría subiendo.
El crecimiento de los precios se llama inflación, y tiene mucho que ver con el poder adquisitivo. A veces, aunque haya más dinero, la gente acaba siendo más pobre. ¿Te imaginas que un café costase 2 millones de euros en 2022? Alemania vivió un episodio de hiperinflación en 1922, y los precios llegaron a multiplicarse por 2 millones en un año. Tenían que pagar las reparaciones de la Primera Guerra Mundial, así el gobierno imprimía cada vez más marcos. Tanto valor perdieron, que se necesitó crear un billete de 10 billones de marcos, y era más barato empapelar una pared con billetes de 1 marco que con papel pintado. Te puedes imaginar que el marco dejó de servir como dinero.
Pero si los precios bajasen, cada vez compraríamos más barato, ¿no?
Las bajadas de precio son positivas si son porque hay mejoras tecnológicas en un sector, por ejemplo. Pero si hay deflación y los precios caen de manera generalizada, ¿te comprarías un jersey hoy, o un coche, sabiendo que mañana será más barato? No, claro, sería lo contrario que antes: prefería esperar y ahorrar.
Las empresas no venderían sus productos, no invertirían en mejoras, tendrían que despedir empleados… La economía iría igual de mal que con la inflación elevada. Por eso, el objetivo principal del Banco Central Europeo es mantener la estabilidad de precios, con un crecimiento cercano, pero por debajo, del 2% anual.
Y para que nadie decida darle a la maquinita en su propio interés, es independiente de cualquier gobierno.
¿Cómo lo consigue el Banco Central Europeo?
Lo hace poniendo precio al dinero, a los tipos de interés a los que da dinero a los bancos. Ahora es muy bajito, sólo un 0,25%. Por cada euro que un banco le pide al Eurosistema, sólo tiene que devolverle 1,0025 euros. Como el dinero es muy barato, se espera que los bancos pidan mucho, y a su vez, lo presten también barato a los ciudadanos, las empresas y el Estado.
En paralelo, si a los bancos les sobra dinero y lo depositan en el Banco Central Europeo, el tipo de interés es negativo, un -0,50%. Por cada euro que “ahorra” un banco, el Eurosistema le devuelve menos, 0,995 euros, así que los bancos prefieren gastárselo en dar préstamos que ahorrarlo.
Cuando el banco central hace esto, inyecta liquidez a la economía, y lo hace con estos tipos tan bajos en situaciones de crisis como la de 2008 o la actual del coronavirus. Hay tanta incertidumbre, que el dinero no se mueve y la economía se para, no crece. Se busca que la gente compre, las empresas inviertan, el Estado pueda apoyar actividades estratégicas… para que no haya deflación.
Espiral inflacionista
Si hubiese mucho dinero, el Banco Central Europeo haría lo contrario: daría dinero a los bancos caro, para que pidieran menos, y les pagaría más si ahorran. Estaría drenando liquidez para evitar una inflación excesiva. La Economía es bastante más compleja e influyen otros factores, pero como ves, el banco central y su política monetaria son clave.
¿Y las criptomonedas? ¿Tienen un banco central?
Pues no. Para generar confianza, utilizan otros mecanismos que veremos en unos días. Mañana cerramos la parte contante y sonante del dinero y empezaremos con la digital. Pero para aprovechar la siguiente píldora de El dinero que viene, tienes que traerte un par de billetes de los nuevos. Invito a nuestros oyentes a hacer lo mismo, porque vamos a ver magia.