La pandemia ha incrementado la visión negativa que tenemos de la vejez, lo que se conoce como edadismo. Hay muchos familiares que se preocupan porque tienen miedo a que sus mayores se contagien, y a veces por amor caen en el paternalismo y tratan a sus mayores como si fuesen niños, y eso no ayuda.
El 70% de las personas mayores que viven solas son mujeres y según un estudio tienen un mayor riesgo de pobreza. Además, las que viven en pareja se han convertido durante la pandemia en muchas de las ocasiones en cuidadoras y sin ayuda externa.Hablamos de la importancia de reivindicar el derecho de las mujeres mayores a volver a la normalidad con Mercé Perez Salanova, doctora en psicología especializada en envejecimientoy con Rocío Vera García, gestora del programa de personas mayores de la Fundación la Caixa.
Mercé explica que no solo basta con vacunar. “La vacuna nos ayuda a cumplir un tramo suficiente que es reducir nuestra posibilidades de contagios y darnos una posibilidad de supervivencia pero hay que mirarla como una meta intermedia que nos ayude a situarnos en una perspectiva a envejecer con una vida a la que le veamos sentido y significado”.
“Las mujeres necesitamos en todos los momentos de la vida dedicarnos un tiempo para nosotras mismas y cuando somos mayores también”, añade y destaca que en España se debate mucho sobre las pensiones y no a cómo queremos ser cuidados cuando nos hagamos mayores.
Poco a poco se están recuperando los talleres y redes de apoyo de las personas mayores, más en entornos online que presencial. Rocío cuenta que los mayores no tienen miedo a la vuelta a los centros o a las actividades con medidas, sino que “les preocupa todo lo que ha pasado, y sobre todo el futuro y no por ellos, sino por la generaciones futuras”.