El cuaderno de Chapu: "Trumpismo y funeral"
Chapu Apaolaza escribe en su cuaderno en La Brújula sobre el relevo en la Casa Blanca, con el comienzo de la era Biden y el adiós de Trump.
Traigo que se despidió Trump con sonido de trompetas pero esta vez no vino la chirigota del Yuyu. Siempre recordaremos este día. A mi hija de ocho años le ha cogido la historia comiendo un filete empanado. En la tele contaban que Trump había dicho 24.000 mentiras. ¿Pero papá, cómo los presidentes pueden decir una mentira? Niña, lo raro es que digan la verdad.
Cambio de testigo en la Casa Blanca. La vicepresidenta va vestida de Pitingo. Melania de luto, lirio negro en su propio entierro. Oh, Donald, angel caído, trompezado y groserote. Biden es un pato cojo que tiene el page de la concordia. Con ser educado, bastaba. Con los presidentes a la gente le pasa como con los novios de sus hijas, que al principio exigen un tipo estupendo que sea de su equipo, que esté comprometido con una escala de valores compatible con la suya, y llegado un momento, les basta con que el nuevo yerno se comporte en la mesa.
Lo de ahora va de la monumental batalla del bien contra el mal, una guerra santa en la que Trump se ha currado el papel de demonio. Kamala es la chamana. Todo en Estados Unidos tiene algo de pop espiritual, siempre entre el triduo pascual de la pasión, muerte y resurrección del Señor y una actuación de J-LO. Este ha sido el funeral de Trump, veremos si del trumpismo. Donald se va con su laca a otra parte y desciende a los infiernos naranjas de Florida. De sobaquillo suelta su profecía: “Volveremos, de alguna manera”. Macarena lo mira y responde: “¡Mentira!”.