El cuaderno de Chapu: "Si Sánchez amenaza ‘A que me voy’, todo el mundo piensa: 'a que se queda'."
El cuaderno de Chapu con las notas que ha apuntado del día.
Hoy traigo las notas del final de abril, tan lunes sanchero, crepuscular, irreal, autoritario y peronista. Los patos del Retiro ya saben hablar lunfardo. El presidente renunció a renunciar. Se fue para quedarse. Con perspectiva podríamos admitir que Sánchez alcanzado una coherencia total en su credibilidad inversa de manera que si amenaza ‘A que me voy’, todo el mundo piensa: “a que se queda”.
Y se quedó. Camino por el Madrid ultrafascista, un nido de violencia, Juega Nadal en este Madrid intransitable, no como en Alsasua, que es un país en paz. Si pones así los ojos te sale que Arnaldo es hombre de paz y peligrosos terroristas los periodistas del no sanchismo. Ojo con vuestras metáforas.
Sánchez era un hombre desesperado, pero no tanto. Le han convencido las marchas por el líder en Ferraz. María Jesús Montero se golpeaba el pecho y meneaba las ramas de las selvas del postsanchismo con un ímpetu pyongyano. Si el país ha hablado en las calles ahora con 4.000 personas pidiendo que Sánchez se quede, ¿por qué no las escucha cuando salen 90.000 pidiendo que se vaya?
Lo normal es ya la paradoja. Por la justicia descabezar a los jueces, por la prensa, coartar a los periódicos, por la democracia, terminar con ella. El Gobierno anuncia un poco de tiranía para acabar con la tiranía.
El presidente no teme encasillarse en el papel de villano, se hizo el lunes por la mañana un hombre de estado, de estado enamorado. Tiene que tener cuidado Sánchez, pues no hay nada menos empático que fingir la empatía. Hay gente que viendo su discurso lo escuchaba como un mesías, tan solemne, tan determinado, tan guapo, tan tierno. Si te fijas, por momentos, yo creo que se estaba riendo.