El cuaderno de Chapu: "Entre los pinos y la niebla, Moncloa se aparece como un gigantesco pesebre"
El cuaderno de Chapu con las notas que ha apuntado del día.
Hoy traigo apuntado que no ha sentado bien la visita de Sánchez a Israel, por lo que sea. Ya se va notando la concordia del sanchismo extendida por el mundo, la Navidad de turrones en los supermercados y el Christmas de Hamas al sanchismo. Cómo no nos va a gustar Sánchez si le gusta a los terroristas palestinos. Hay que quererlo, pero con mesura.
En Podemos han pedido acceso universal al amor. En San Fermín iba uno por la Estafeta con un cartel que decía: “Si nos organizamos, follamos todos”. Pasan tantas cosas que uno va tomando refugio en los pequeños detalles que le concede la vida. Óscar Puente ha comparado la amnistía con un embarazo no deseado. Puente es el Paulo Coelho del sanchismo, nos dibuja aquí una metáfora según la cual no es que haya una cercanía circunstancial con el procesismo, es que Puigdemont le ha hecho un bombo a Sánchez. Esto es el pedrismo, un gobierno de penalti.
Aquí está el niño, tiene un pelazo, lanugo, le llaman, trae bajo el brazo un pan inverso de quince mil millones y un sacaleches. Ahora hay que ponerle un nombre Pedrete, Arnaldo, Clodoveo… ponerle Emiliano, sería demasiado cachondeo.
Ha nacido Fulanito Sánchez Puigdemont, que vino de un deseo de concordia, 7 votos y un arrimón. Entre los pinos y la niebla como de diciembre, Moncloa se aparece como un gigantesco pesebre. Hay un niño, un ángel con flequillo, un Santos, la mula y el buey, San Pedro, Yolanda, el niño, ya lo tengo, que le pongan Sofitel.