El cuaderno de Chapu: "Eso que pasó"
Chapu Apaolaza analiza la actualidad política en La Brújula
Notas del uno de diciembre, centro memorial de las víctimas del terrorismo. Sobre Vitoria cae una lluvia fina. Llamarle sirimiri sería ser indulgente. A la caída de la tarde, los chavales cruzan la ciudad en sus patinetes, y en cada avenida creo ver el coche de Fernando Buesa ardiendo el 22 de febrero del 2000.
El olvido es una terapia traidora y miserable. Como si olvidar curara. Camino por las calles del memorial de mí mismo. He vuelto a recordar imágenes y sonidos que creía ya olvidados para siempre. La cuna del cuartel de Lecumberri en la que dormía la niña Ana Belén Ramón arropadita de escombros. El paraguas de José Luis López de Lacalle boca arriba, las tres y cuarto de la tarde en Hipercor, una foto de windsurfistas en la pared del zulo de Ortega Lara, la puerta del despacho de los abogados de Atocha el silencio, el humo, el pánico los primeros gemidos después de la bomba que mató a Garrido y a su familia debajo de casa, el aita saltando las escaleras con los brazos llenos de miedo y de mantas. El sabor de la sangre en la boca, el pitido en los oídos, la basura sobre las flores, las distancias morales, el olor del fuego. El aire que ocupaban las risas, las caricias, y las voces de las 1.453 víctimas del terrorismo en España diciendo "Ya estoy en casa".
Acaso diga alguien, qué cosas pasan en este país. Reniego del terrorismo visto como "eso que pasó", como si fuera obra del azar o del infortunio, como el volantazo, el traspiés, el tobillo que se tuerce bajando de la acera. Cosas que pasan por efecto de la gravedad como la hoja que se desprende de la rama y cae. Ah, verbo pasar, yo te maldigo. Todo esto no pasó fruto de un contexto, de un ambiente, de las cosas inevitables. Esto se hizo, lo hicieron unos contra otros. No sé si ETA aún existe.Existen las víctimas, existen los verdugos, y existe el proyecto político. Lo que falta es memoria. Yo sí me acuerdo.