El cuaderno de Chapu: ‘Neveras vacías’
Chapu Apaolaza reflexiona en La Brújula sobre el cambio de Gobierno y la figura de Miquel Iceta.
Traigo que a la capital de esa cosa que se llama España ha llegado Miquel, Oh, Iceta, qué globos sonda veremos volar en el cielo de Madrid, azul cogobernanza.
Brilla el sol con frío eléctrico como la neverilla vacía de las vacunas. Va por la cuneta de la M40 la conga de la nación de naciones con pachanga de quitanieves de pachanga. Suena un eco de fiestuki de altavoz de la tinaja de la piscina de Galapagar, de 20 grados en la capital, han entrado en celo los primeros chamarices de los árboles del parque. Ya estoy yo en la playa. Iceta es el monje simpaticote de la independencia con el 65% de los votos, el 100% de los indultos y de lo que haga falta. El sanchismo es un tanguillo de ida y vuelta. Illa va a Cataluña a luchar contra los independentistas y Miguel Iceta viene a Madrid a asegurar el pacto con los mismos independentistas.
Madrid, rompeolas de la desjudicialización, la reducción de penas por sedición y los indultos, que son la rave de Vyniars de la aritmética parlamentaria. Y los mítines. Querían que se pudieran saltar el confinamiento para acudir a los actos a escuchar a los candidatos y por qué no a velar al abuelo.
Llegaba Iceta con el portatrajes de conerle la sisa a mi Españita y entonces, el aire tan tibio, acariciaba las esquinas de Atocha con la ternura del verano. Supimos que no queda y que China ha comenzado a practicar una PCR de Covid por vía anal -ay- que dice que es muy precisa. Los ciudadanos parece conformes pero la procesión va por dentro.