Las claves para conseguir los propósitos de año nuevo
En las claves de La Brújula analizamos cómo afrontar los tradicionales propósitos de año nuevo
Para muchas personas, Año Nuevo suele ser sinónimo de nuevas metas, de buenos propósitos y de un sinfín de objetivos que, al cabo del tiempo, tienden a quedar en el olvido.
A pesar de lo anterior, resulta curioso comprobar como la mayoría hacemos nuestras propias listas, donde se repiten una y otra vez objetivos como ir al gimnasio, apuntarnos a alguna actividad determinada, aprender inglés, andar media hora todos los días… Tenemos buenos propósitos, pero los logros generalmente dejan mucho que desear, y lo habitual es que al cabo de unos meses, incluso de pocas semanas, hayamos abandonado esos buenos propósitos, y lo hayamos hecho buscando disculpas que justifiquen nuestro fracaso.
Hoy queremos plantearnos cómo ser realistas, pragmáticos y proactivos para conseguir que nuestras metas se hagan realidad. Si queremos que los objetivos de año nuevo no sean papel mojado, seamos realistas y pragmáticos, pero sin renunciar a nuestras ilusiones, poniendo la mente a nuestro favor. Será más fácil conseguir los objetivos si estamos bien física y emocionalmente.
"Hay dos actitudes, ser proactivos o reactivos. Los primeros se adelantan a los acontecimientos y establecen metas, y las secuencias para alcanzarlas. Una vez que fijamos las metas plantean si están bien físicamente y emocionalmente para alcanzarlas", señala en La Brújula la psicóloga María Jesús Álava Reyes.
"Para esos objetivos hay que tener claro que es a largo plazo pero hay que marcarse pequeñas metas intermedias. Primero establezco el campo de acción, como por ejemplo, mejorar el nivel de inglés. A partir de ahí, ver si es viable y cómo hacerlo, ir a una academia, precios, horarios, una fecha de comienzo, asistir con regularidad y cómo superar la tentación de dejarlo"
"La mejor opción nunca es abandonar y un buen método es lo que llamamos diálogo socrático. Qué alternativas hay para no dejarlo, y preguntarse qué es lo peor que puede pasar si por ejemplo dejo de ir a clase de inglés.