LAS CLAVES DE LA BRÚJULA

El Ambigú: "Doppelgänger. ¿Y si nuestro doble es aquel que perdimos la oportunidad de ser?"

Espacio de culturilla y espiritismo con alguna excusa de actualidad.

ondacero.es

Madrid |

Hoy en el Ambigú de ‘La Brújula’ David Mejía nos habla de Doppelgänger.¿Y si nuestro doble es aquel que perdimos la oportunidad de ser?

"Aquí estamos, cerrando la primera temporada del Ambigú, sé que se te ha hecho largo… Pero amenazo con volver en septiembre. El sinsentido de esta sección no debe detenerse. ¿Alguna vez has pensado si tienes un doble en alguna parte?

Sabes que en la ficción se ha empleado muchas veces la idea del doble, un dispositivo conocido como el ‘Doppelgänger’, y como categoría se acuña en los inicios del romanticismo alemán, pero que ha tenido mucho recorrido tanto en la literatura como en la ficción audiovisual.

El concepto de "Doppelgänger" en la ficción es un poderoso recurso narrativo porque permite explorar temas como la identidad, la dualidad y el desdoblamiento de la mente humana. El término "Doppelgänger", derivado del alemán, significa "doble caminante" y se refiere a un doble fantasmal o no físico de una persona viva. En la literatura y el cine, el Doppelgänger se utiliza a menudo para simbolizar la dualidad de un personaje, representando un alter ego o los aspectos más oscuros de su personalidad que puede que desconozca o no quiera afrontar.

El Doppelgänger funciona en la ficción creando una imagen especular del protagonista, lo que a menudo provoca un conflicto psicológico. Este doble puede manifestarse como un gemelo idéntico, un doble o incluso una sombra siniestra que acecha y desafía al protagonista. La presencia de un Doppelgänger puede generar tensión dramática, ya que obliga a los personajes a enfrentarse a sus miedos ocultos, deseos reprimidos o ambigüedades morales. Sirve de catalizador para el autodescubrimiento y a menudo impulsa la narración hacia una exploración más profunda del mundo interior del personaje.

Los autores y el público se sienten atraídos por el tema del Doppelgänger porque responde a temores y fascinaciones universales sobre la identidad y el yo. La idea de que pueda existir otra versión de uno mismo, que encarne rasgos reprimidos o actúe según impulsos prohibidos, resulta intrigante e inquietante a la vez. Este recurso narrativo permite una exploración compleja de la naturaleza humana, lo que lo convierte en un elemento convincente de la narración.

El Doppelgänger es especialmente eficaz para revelar aspectos ocultos de la condición humana. Al exteriorizar las luchas internas de un personaje, saca a la luz los conflictos y contradicciones que yacen bajo la superficie. Esto puede conducir a profundas reflexiones sobre la naturaleza de la identidad, la lucha entre el bien y el mal y la complejidad de la psique humana. En esencia, el Doppelgänger sirve de espejo, refleja la naturaleza polifacética de la humanidad y anima tanto a los personajes como al público a enfrentarse a las dualidades que llevan dentro.

Ejemplos:

Edgar Allan Poe, William Wilson(1839). El protagonista coincide en la escuela con otro alumno que con el que comparte nombre y fecha de nacimiento, que sin embargo es su alter ego. Aunque Poe se centra sin duda en el alter ego -la parte del yo que nos persigue contra nuestra voluntad-, retrata esta condición psicológica a través de la manifestación de otro cuerpo. Poe también duplica a los gemelos Roderick y Madeline Usher en “La caída de la casa Usher”.

Jorge Luis Borges, El otro (1975), una conversación entre dos versiones del propio Borges, el joven y el anciano. Aquí hablan de El doble de Dostoyevski, que sería otro ejemplo.

En muchos casos es algo siniestro, el gemelo malvado:

La novela de Stephen King La mitad oscura es sobre un gemelo malvado.

En el capítulo de Los Simpson, Treehouse of Horror VII, de la octava temporada, Bart tiene un gemelo malvado llamado Hugo, que siempre fue ocultado por sus padres. Al final, se descubre en realidad Bart era el gemelo malvado y Hugo el bueno.

El coche fantástico: KITT tenía un gemelo malo que se llamaba KARR.

Quizá te estés preguntando con qué excusa te traigo el tema del Doppelgänger. Verás: he leído Azul de agosto, la última novela de la escritora inglesa Deborah Levy, y me ha gustado.

Es divertido fantasear con tener un doble en alguna parte. Con el gemelo malvado. Pero, ¿y si nuestro doble no está en alguna parte, sino en ninguna parte, porque es aquel que nunca llegamos a ser? Es aquel que seríamos si en lugar de estudiar esta carrera hubiéramos estudiado aquella. Si en lugar de no hubiéramos dicho sí a aquel viaje, sino hubiéramos vuelto a llamar a aquella chica. Pienso en ese poema de Robert Frost que se llama los caminos no tomados (the roads not taken), o en el estribillo de esta canción de Taylor Swift que dice ‘qué bien pinta ahora el camino no tomado’.

Hay un cuento de Henry James que se llama El rincón feliz (‘The jolly corner’, 1908)

Está narrada desde un punto de vista limitado en tercera persona y explora los temas de la discontinuidad de la identidad y el miedo a la oportunidad perdida, a través de un protagonista lucha por reconciliar al hombre que es hoy con el que podría haber sido.

Spencer Brydon, un estadounidense que huyó a Europa a los 23 años, regresa a Nueva York 33 años después. En la ciudad todo ha cambiado, salvo su casa familiar, el rincón feliz.

En esa casa hay un fantasma, ¿quién? Su alter ego: el hombre que hubiera sido si no hubiera abandonado Nueva York.

Volemos a Azul de agosto, de Deborah Levy

CINE

En Enemy (2013) un afable profesor conoce por casualidad a su doble y se obsesiona con conocer a este aparente gemelo idéntico.

En La Isla, Tom Lincoln es, irónicamente, el doble malvado de su clon, Lincoln Six Echo.

La doble vidade Veronica (Krzysztof Kieslowski, 1991)

Dos historias paralelas sobre dos mujeres idénticas, una que vive en Polonia y otra en Francia. No se conocen, pero sus vidas están profundamente conectadas.

Melinda y Melinda (Woody Allen, 2004).