La carta de Ónega: “El litio, para quien lo tiene”
La carta de Fernando Onéga para cerrar la Brújula hoy va dirigida a la batalla autonómica por la fabrica de baterías que se va a construir en España.
Te escuché la conversación con el conselleiro gallego de Economía y llegué a una conclusión: mi carta de hoy no puede ser a Puigdemont, ni a los presos del procés que vuelven a la cárcel, ni al racista que buscan en Buckinham. Mi carta tiene que ser al litio, ese mineral que es el nuevo oro porque es el que se usa para las baterías y, de forma singular, para las baterías de coches eléctricos. Y lo tengo que decir así: querido y muy desconocido mineral, por los indicios que tenemos, vas a protagonizar en los próximos tiempos la que llamaremos “guerra del litio”. Con este ingrediente que moverá masas: las regiones que te tienen quieren que se te aproveche en sus tierras, que para eso has nacido allí. Lanzó el primer ataque el señor alcalde de Cáceres, que envió este mensaje: Extremadura no permitirá que una riqueza suya vaya a servir a la riqueza de otras comunidades. Estaba pensando, naturalmente, en Cataluña. Estaba pensando en Cataluña desde que se anunció la construcción de una fábrica de baterías cerca de Martorell, donde está la factoría de Seat y Volkswagen. Y esta noche el conselleiro de Economía de la Xunta lanzó en este programa la candidatura de Galicia, que tiene fábrica de coches, igual que Barcelona, pero con una diferencia: te tiene a ti, litio. Tiene la materia prima; tiene el nuevo tesoro de la minería; tiene lo sustancial de la economía sostenible que propugnan los Fondos Europeos. Tú representas, litio, la España real, la España que pasa de teologías políticas, piensa el pan de sus hijos y no quiere ni puede dejar pasar una oportunidad como esta. Te interpones entre la gente que es tu vecina y tú eres su esperanza, y los intereses políticos que quizá busquen vínculos con Cataluña. Y abres un gran debate nacional para decidir si tu riqueza es para la gente que en Galicia o Extremadura se considera tu dueña o para una zona ya industrializada que no se puede dejar caer. Mi opinión ya la puedes suponer. Mi prioridad, el interés de mi primera patria. Me pongo como el conselleiro que habló en La Brújula. Mi grito no es el de “la tierra, para quien la trabaja”, pero se le parece. Mi grito es: “el litio, para quien lo tiene”.