El Especialista: ¿Cómo puede afectar a la economía el conflicto entre Hamás e Israel?
Nuestros economistas Gonzalo Bernardos y Javier Díaz Giménez conectan con 'Julia en la Onda' para hablarnos de las posibles consecuencias del conflicto en Gaza, y para dar su interpretación sobre la bajada de la inflación en los alimentos.
El conflicto que se ha desatado entre el grupo terrorista Hamás e Israel está causando un gran número de pérdidas humanas y materiales. En un momento de gran incertidumbre cabe preguntarse si esta guerra tendrá efectos, además, sobre la economía global. En la edición de hoy de 'Julia en la Onda', Gonzalo Bernardos y Javier Díaz Giménez, profesores de economía, han puesto sobre la mesa dos escenarios muy distintos acerca de las consecuencias de los combates en Gaza.
¿Aumentará el precio del petróleo?
Gonzalo Bernardos, desde el punto de vista económico, se muestra optimista frente al principal miedo que se tiene desde Occidente: el aumento del precio del petróleo. En los años 1973 y 1982 se dieron sendas crisis económicas derivadas del aumento del precio del petróleo, en el contexto del conflicto árabe israelí. Sin embargo, señala Bernardos, el agente que más incidencia podría tener en esta ocasión es Irán, que produce aproximadamente el 3% del petróleo mundial.
Sin embargo, el profesor indica que, si Irán interrumpe el suministro, Arabia Saudí podría producir el petróleo que faltase: la monarquía saudí ha declarado ya que no le interesa en estos momentos que el crudo alcance un precio demasiado elevado. Sin embargo, el economista señala otro riesgo para la distribución del petróleo: el estrecho de Ormuz, un paso situado en el Golfo Pérsico a través del cual se transporta el 40 % del petróleo que se distribuye por vía naval.
Bernardos ha hecho alusión, además, a un curioso fenómeno: pese a que el petróleo ha experimentado un pequeño incremento en los precios, la gasolina es ahora un poco más barata que en los meses anteriores. Según explica el profesor, esto se podría deber a la bajada de demanda habitual después del verano, o a una posible guerra de precios entre diferentes compañías.
Javier Díaz Giménez no es tan optimista con la situación, pues afirma que siempre se sabe como empieza una guerra, pero nunca como termina: al profesor del IESE le preocupa la incertidumbre que rodea el conflicto y afirma que la entrada de Irán en los combates sería una noticia catastrófica. Además, Giménez señala que Dubái - capital árabe de un país afín a Occidente- está muy expuesta a ataques de enemigos, a "un solo misil" del país de los Ayatolás.
Baja la inflación de los alimentos
Además de comentar - y discordar- sobre el futuro de la economía china, los economistas han hecho referencia a un dato que afecta a todos los hogares españoles: la bajada de la inflación en 31 de los 63 productos básicos del supermercado. Para Bernardos esta es una buena noticia, pues sostiene que una gran porción de la inflación se debe únicamente al encarecimiento de los precios de los alimentos en España.
El economista ha afirmado que España se mantendrá económicamente a pesar de que se dé una crisis en el comercio de materias primas - gracias al sector servicios y al turismo-, y que la eventual bajada de la inflación y de los tipos beneficiará tanto a las empresas como a las familias. Giménez se ha mostrado algo más pesimista con el futuro de la economía de nuestro país.
Julia Otero ha comentado a los especialistas la última medida aplicada por Carrefour en Francia; la de señalar con carteles en los supermercados los productos que han subido radicalmente el precio durante los últimos meses. A Bernardos le parece curioso que los supermercados critiquen a las empresas o a las distribuidoras con estos carteles, puesto que los beneficios de los propios supermercados ascendieron en 10'1 puntos sobre ventas, según el Observatorio de Precios.
Por último, Giménez ha interpretado esta estrategia como un "cebo" para atraer a los clientes: según ha explicado el economista, a los supermercados y otros negocios no les importa reducir los márgenes de beneficios de determinados productos, mientras que el cliente acuda al local de todos modos y gaste en otros productos. El economista ha explicado que los supermercados impulsan estas ofertas para que los consumidores compren algunos productos rebajados y otros a su precio normal.