Julián Fernández y Vicente González, los jóvenes españoles creadores de los picosatélites que han revolucionado la ingeniería aeroespacial
En 'Julia en la Onda', hablamos con Julián Fernández y Vicente González, confundadores de la startup aeroespacial que ha revolucionado el mundo de los picosatélites y la ingeniería aeroespacial
La primera vez que se lanzó un satélite artificial fue en el año 1957, que con 60 centímetros de diámetro y 80 kilogramos surcó el espacio por primera vez. Actualmente se calcula que contamos con 8.000 en órbita, de los cuales la mitad se calcula que no están operativos, lo que es denominada "basura espacial".
Un proyecto innovador y único en su especie
Entre todos estos se incluyen los seis satélites que un joven español de 19 años llamado Julián Fernández diseñó él mismo. Este ingeniero de telecomunicaciones de la Universidad Rey Juan Carlos perseguía la idea desde los 16 años, cuando, según relata "todavía no era una empresa".
El joven reconoceque , en aquel momento "no tenía tan claro que quisiera dedicarse al mundo de las telecomunicaciones", pero aún sin saberlo, confiesa que perseguía el objetivo de mejorar la tecnología pequeña, la simple, y toda aquella que se utiliza para sistemas generalmente austeros.
La idea de dos jóvenes emprendedores
Vicente González, por su parte, cursó el master en ingeniería aeroespacial en la Universidad Carlos III, y, junto a Julián, han fundado una startup denominada "FOSSA Sistems" que ha conseguido mandar al espacio varios picosatélites que esperan que sean solo el principio de muchos más.
Esta nueva tecnología puede utilizarse para el sector pesquero o el agrícola, entre otros, haciendo que, según González, "se cree inteligencia sobre su actividad productiva" optimizando, de esta forma, toda la cadena de producción y distribución.
¿Qué es un picosatélite?
Un picosatélite es un satélite pequeño, del tamaño de un móvil, que según Julián, "tienen aplicaciones más específicas que los satélites normales", y tienen aplicaciones más enfocadas como "las telecomunicaciones a baja velocidad, el conocido como "Internet de las cosas"".
Esta tecnología tiene capacidad de funcionar en zonas donde no hay mucha conectividad, lo que permite que "puedan recoger información crítica", incluso en los lugares a los que no llega la cobertura de forma óptima. Este sistema, que "llenaría el vacío de la ausencia de conectividad" también sería efectivo en algunas localizaciones en España, como pueblos o zonas rurales.