El gobierno propone una quita del 50% para concesionarias y bancos a los que se deben 5 mil millones, a cambio de hacerse cargo de las 9 autopistas cuya construcción alguien propuso y aprobó sin el más mínimo rigor económico.
Los bancos, a los que se debe casi 4 mil millones con el que financiaron a las constructoras de la obra pública, tienen plazo hasta el lunes para responder si aceptan o no esa propuesta. Es decir, renunciar a cobrar la mitad de la deuda a cambio de garantizar que si reciben la otra mitad.
Tener que rescatar, también con dinero público, las autopistas sin coches de Madrid sobre todo, es otra obscenidad de la que nadie se hace responsable. ¿Quién hizo los cálculos? ¿Dónde están los planes de viabilidad? ¿Por qué fueron tan inexplicablemente caras las expropiaciones? Muchas preguntas que nadie responderá y una sola respuesta: a pagar todos, como siempre.