Hoy está previsto que lleguen a España los cadáveres de las víctimas españolas del atentado del viernes en Afganistán. Se trata de dos mujeres y un hombre que se encontraban de turismo en el país, en una ciudad del centro de Afganistán.
España no tiene embajada en Kabul, la cerró. Y el Ministerio de Exteriores desaconseja viajar a ese país bajo cualquier circunstancia, precisamente por el alto riesgo de atentado y secuestro. Sin embargo, existe una pulsión aventurera, un turismo temerario, que desoye las advertencias porque es mayor su interés.
En el atentado hay otros seis muertos afganos y otros seis heridos extranjeros. Esta historia nos lleva a preguntarnos qué motiva a algunas personas a visitar, por motivos puramente ociosos, una zona de guerra llena de peligros y amenazas.