Bajo la presidencia española, los líderes de estado y gobierno de ambos lados del Atlántico están debatiendo sobre la guerra en Ucrania y otros desafíos globales como el cambio climático, la inmigración y la desigualdad. Estos desafíos podrían resolverse de manera más efectiva si se actúa de forma coordinada.
Existe un agravio histórico con respecto a América Latina, ya que los países ricos tradicionalmente lo han considerado como una fuente inagotable de recursos, extrayéndolos y llevándolos a sus propios territorios. Este enfoque se basa en el concepto de extractivismo, un modelo que implica la explotación indiscriminada de los recursos naturales de un país o territorio, con escasos beneficios para la población local que reside en esas áreas.
¿Es la presidencia española una oportunidad para articular una relación distinta aprovechando la conexión latina?