Escríbenos a herreraenlaonda@ondacero.es o llama al 91 426 25 99 y cuéntanos si le traías de cabeza a tus padres o profesores, ¿cuál ha sido tu mayor travesura?
Roberto nos cuenta que una anécdota de un ahijado suyo; se estaban preparando para ir a hacer el camino de El Rocío, en concreto un generador para enfriar las bebidas. Juan Pedro, el ahijado, cogió una botella de gasolina que estaba al lado del generador y se la bebió entera; ‘en el hospital el niño no paraba de peerse y aquello olía a gasoil que atufaba a todos’.
Una oyente nos cuenta que tiene dos hermanos, que cuando eran pequeños eran muy trasto. Uno de ellos, cuando tenía cinco años, quería tener un gallo; al final le compraron un pato. La travesura fue que tenía a un pato metido en un cubo de agua para ver cuánto aguantaba sin respirar.
Paloma iba a un colegio que era muy grande, por las noches soltaban perros para vigilar. Un día, en el patio, le quitó la zapatilla a una niña que no le caía bien y se la llenó de caca de perro.
Diego, cuando era pequeño, iba a su pueblo donde estaban las vacas sueltas. Un día que estaba él solo, cogió un petardo para tirárselo a una vaca, con la mala suerte que prendió en el campo y ‘casi prendo el pueblo entero’.
Ana nos cuenta una anécdota de su hijo. Cuando era pequeño le llevaron a un campo de trabajo de bomberos, su hijo se quedó tan impresionado y le repitieron tantas veces que si había fuego tenía que llamar al 112, llamó repetidas veces hasta que un día su madre se enteró.
Ángeles tiene unos nietos mellizos, que tienen veinte meses. Cuando empezaron a andar a gatas, uno de ellos destapó una garrafa de agua y, en horizontal, ‘eso ocupa mucho’; tuve que ir corriendo a por ellos y cogerlos para sentarlos en la trona.