Cómo tratar la Esclerosis Múltiple
Según el Informe del Grupo de Estudio de enfermedades desmielinizantes de la SEN que coordina la Doctora Esther Moral, el tratamiento de la Esclerosis Múltiple se basa en tres pilares: en el tratamiento de los brotes, en el que se utilizan corticoides para acelerar la recuperación de los síntomas, el tratamiento sintomático y el tratamiento para detener o enlentecer la evolución de la enfermedad a través de inmunosupresores e inmunomoduladores.
Se acaba de celebrar el Día Mundial de la Esclerosis Múltiple, una enfermedad neurológica crónica, inflamatoria y desmielinizante cuya causa exacta aún es desconocida, aunque la hipótesis más aceptada es que se debe a cierta predisposición genética, asociada a factores ambientales, que originan una alteración en la respuesta inmunológica.
Una vez diagnosticada la enfermedad, el paciente debe ser constante en su tratamiento y seguimiento por parte del neurólogo, para detectar nuevos síntomas o situaciones potencialmente modificables. Además, puede ser necesario incluir cambios de medicación o terapias.
Según el Informe del Grupo de Estudio de enfermedades desmielinizantes de la SEN que coordina la Doctora Esther Moral, el tratamiento de la Esclerosis Múltiple se basa en tres pilares: en el tratamiento de los brotes, en el que se utilizan corticoides para acelerar la recuperación de los síntomas, el tratamiento sintomático y el tratamiento para detener o enlentecer la evolución de la enfermedad a través de inmunosupresores e inmunomoduladores.
Los objetivos principales del tratamiento son por una parte disminuir la tasa de brotes, disminuir además la acumulación de nuevas lesiones desmielinizantes en la Resonancia magnética craneal (RMN) y por último disminuir también la acumulación de discapacidad.
En la actualidad disponemos de varios fármacos que modulan o suprimen al sistema inmune como son los inmunomoduladores o inmunosupresores.
Podemos clasificar las opciones terapéuticas en cuatro líneas. En la primera línea están los inmunomoduladores. Los más utilizados son interferon beta y acetato de glatirámero. En primera línea también se encuentra un inmunosupresor, la azatioprina, pero que se utiliza con menos frecuencia por ser menos eficaz. Existe un consenso por expertos en la materia y avalado por la Sociedad Española de Neurología sobre la estrategia de tratamiento a seguir en pacientes con Esclerosis Múltiple. Iniciaremos tratamiento con agentes considerados de primera línea, fundamentalmente interferón o acetato de glatirámero, y en caso de persistencia de actividad clínica a fármacos de segunda línea, fundamentalmente fingolimod o natalizumab.
En la segunda línea están los inmunosupresores, específicos para el tratamiento de la Esclerosis Múltiples tales como fingolimod y natalizumab, y menos específicos o globales, que afectan a varios mecanismos del sistema inmune o de defensa, tales como mitoxantrona que actualmente está aprobado su uso en Esclerosis Múltiple, y la ciclofosfamida, del que aún no está aprobado su uso. Respecto a la tercera y cuarta línea, podemos decir que se localizan terapias menos desarrolladas.
Por otra parte también podremos tratar la enfermedad con un tratamiento individualizado. Para los expertos de la SEN, la Esclerosis Múltiple es una enfermedad muy variable entre los distintos pacientes, y dentro del mismo paciente en distintos momentos evolutivos. Por ello, no hay un tratamiento ideal para todos los pacientes, sino que en cada paciente y, en cada momento evolutivo, estará indicado un fármaco u otro. Su neurólogo, experto en la materia, le informará de las posibilidades de tratamiento para usted, explicando riesgos y beneficios a los que se expone, de manera que entre el paciente y el médico se consensuará tratamiento más adecuado.