El cansancio puede ser síntoma de que algo no va bien en nuestro cuerpo, concretamente puede ser una señal de falta de hierro. El hierro es un mineral necesario para el crecimiento y el desarrollo del cuerpo, por eso prevenir una carencia es esencial para evitar alteraciones de salud de todo tipo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) la carencia de hierro es el trastorno nutricional más común y extendido en todo el planeta.
La necesidad de hierro en el organismo varía en función de la edad y el estilo de vida de cada persona. Desde el servicio de Endocrinología del Hospital Universitari Sagrat Cor, nos explican que la cantidad diaria de hierro recomendada es de 7 a 11 mg en varones, mientras que en las mujeres la cantidad depende de las necesidades causadas por la menstruación y el embarazo.
Las mujeres en edad fértil pierden hierro a través de la menstruación, pero debido a que las pérdidas son muy sesgadas, se ha establecido una dosis diaria de 16 mg al día para cubrir sus requerimientos, aunque a veces es necesario individualizarla. En el embarazo los niveles mínimos aumentan hasta 27 mg al día.
La falta de hierro puede causar anemia ferropénica, trastorno en el que la sangre no contiene la cantidad suficiente de glóbulos rojos sanos que se encargan de transportar oxígeno a los tejidos del cuerpo. Al principio la anemia ferropénica puede ser tan leve que pase desapercibida, pero a medida que descienden los niveles de hierro la anemia empeora y los síntomas se intensifican. Algunos de estos síntomas son: cansancio, cambios de humor, palidez cutánea, vértigo, dolor de cabeza, manos y pies fríos, uñas que se rompen con facilidad y falta de apetito, entre otros.