Messi considera que a estas alturas el cuerpo técnico ya debería haber mostrado unas ideas claras, y como la mayoría de sus compañeros, están preocupados porque no hay una idea de juego y porque ya podría ser demasiado tarde para encauzar la situación. No creen que haya un camino y un objetivo visible, sino que en ocasiones sólo importaría jugar de cualquier manera.
Al vestuario azulgrana le gustaría que su entrenador fuese más permeable con sus futbolistas, se centrara más en el grupo y dejase de lado lo que le podrían estar recomendando desde la dirigencia. El malestar no es tanto por una cuestión individual, ni por jugar en una posición que le aleja del área, sino porque no se sabe a qué juega el equipo y puede ser tarde para solucionarlo. Además, hasta ahora Luis Enrique no ha dado lugar a escuchar a sus jugadores y no se muestra receptivo con las opiniones de sus futbolistas. Por el contrario, le acusarían de un exceso de protagonismo.
Lo que más le estaría entristeciendo a Leo Messi es que siempre se acaba dando credibilidad a los demás y no a quien recibe las críticas, como cuando se llegó a decir que él fue el causante de la marcha de jugadores como Ibrahimovic, David Villa, Bojan, Alexis… El argentino está convencido de que se tratan de filtraciones internas para dejarle en mal lugar. Messi no se siente del todo querido y en ocasiones podría tener la sensación de que España quiere que se marche.