Los veterinarios que encontraron al cachorro casi no descubrieron síntomas de vida en Pascal, ya que el animal se había convertido en una estatua. Una costra formada por el pegamento que habían depositado los niños, no permitía que el flujo sanguíneo llegara a algunas partes de su cuerpo y, además, había absorbido las sustancias tóxicas del material.
El animal sufría un gran dolor causado por la costra que apenas le permitía moverse. Los activistas de la fundación He'Art of Rescue de Turquía han salvado la vida a Pascal. Además, la organización ha publicado varios vídeos que muestran a recuperación de Pascal y que pretenden concienciar sobre el maltrato animal.