La última imagen de Daniel Sancho y Edwin Arrieta justo antes del crimen
El hijo del actor Rodolfo Sancho cumple un mes en la prisión de la isla tailandesa de Samui, donde se encuentra a la espera de juicio por el asesinato y descuartizamiento del colombiano Edwin Arrieta, mientras la Policía ultima su investigación.
👉El vídeo en el que Daniel Sancho se derrumba por primera vez al recrear el crimen
El español Daniel Sancho cumple este jueves un mes en prisión provisional en la isla tailandesa de Samui, donde se encuentra a la espera de juicio por el asesinato del colombiano Edwin Arrieta, mientras la Policía ultima su investigación.
Sancho, de 29 años, pasó a disposición judicial e inmediatamente ingresó en la prisión de distrito de Samui el pasado 7 de agosto, tras ser detenido en la vecina isla de Phangan dos días antes por el asesinato y posterior descuartizamiento que él mismo confesó ante la Policía.
La Policía, que interrogó a Sancho durante al menos tres días en la comisaría de Phangan y llevó a cabo reconstrucciones del crimen con la ayuda del español, ha seguido trabajando en el caso después de que el acusado ingresara en prisión.
En los últimos días hemos podido ver en el programa ' Y ahora Sonsoles' de Antena 3 imágenes de la reconstrucción del crimen y cómo el hijo del actor Rodolfo Sancho se derrumbaba por primera vez al señalar el frigorífico en el que dejó los restos del cuerpo mientras hacía viajes a la playa para ir deshaciéndose de las partes.
Por otro lado, en el programa 'Mañaneros' de TVE ha tenido acceso a la última foto que se hicieron juntos antes del crimen. En esta imagen aparecen ambos en la mesa de la terraza de una cafetería en la que parecen estar tomando un café con zumo mientras el médico toma su teléfono móvil para hacer un selfie.
En la cárcel lee y practica Muay Thai
Daniel Sancho se encuentra de momento en la zona de enfermería de la prisión de Samui debido a una hernia discal, donde comparte celda con varios reclusos, en un área de la cárcel en la que se encuentran otro español y varios presos extranjeros, con los que habla a menudo.
Durante este mes, ha dedicado bastante tiempo a la lectura y a practicar Muay Thai (boxeo tailandés).
Sancho, quien pasó un periodo de aislamiento de diez días por covid-19 tras ingresar en prisión, ha recibido la visitas casi diarias de su madre, la analista de inversiones Silvia Bronchalo, y desde este miércoles de su padre, el actor Rodolfo Sancho, quien llegó a Tailandia el pasado domingo y le ha visitado junto con el abogado Marcos García Montes.
En sus primeras declaraciones el actor rechazó contestar a las preguntas que calificó como personales y afirmó "creen que estoy tirado por los suelos, ese no soy yo . Hay dos formas de tomarse las cosas en la vida, o como una desgracia o como un reto. No van a conseguir lágrimas".
Estas declaraciones fueron criticadas y tan sólo 24 horas después pidió disculpas por su actitud "prepotente", "ayer salí de vivir un momento complicado ahí dentro", dijo.
El juicio podría ser a final de año
El joven ha recibido también la visita de su abogado tailandés Anan Chuayprabat en cuatro ocasiones desde su ingreso. Al igual que el resto de presos en situación provisional tiene derecho a una visita diaria de familiares y amigos autorizados por él, además de a tres llamadas por videoconferencia al mes, permanecerá en esta cárcel al menos hasta que se celebre el juicio en el Tribunal de Samui.
Aunque depende de cuánto se dilate la investigación policial y el informe de la Fiscalía, el juicio podría tener lugar a finales de año, según fuentes jurídicas.
Sancho y Arrieta, que se conocieron el año pasado a través de Instagram, habían quedado en Phangan, isla próxima a Samui y conocida por sus fiestas de la luna llena, el 2 de agosto, día en el que tuvo lugar el asesinato y descuartizamiento del cirujano, cuyos restos han sido encontrados en varias localizaciones de la isla, incluido el mar.
A la espera del informe policial
Una fuente policial dijo este jueves a EFE que la Policía está concluyendo el informe de la investigación sobre el caso, y que tiene previsto entregarlo a la Fiscalía a mediados de septiembre.
Los agentes de la comisaria de Phangan cuentan con un plazo de 84 días desde que Sancho pasó a disposición judicial para concluir su investigación, en la que han participado unas 30 personas, entre agentes, investigadores, médicos forenses y buzos, según fuentes policiales.
Aunque la Policía entregue el informe en los próximos días, la investigación podría continuar después, pues la Fiscalía dispondría del periodo restante de los 84 días iniciales para solicitar más pruebas si lo considera necesario.
Una enorme atención mediática
En un caso que ha atraído una enorme atención mediática, el número dos de la Policía de Tailandia, Surachate Hakparn, quien supervisa la investigación, ha querido mandar un mensaje de control y en varias ocasiones ha anticipado el fin de las pesquisas y que el informe sería enviado de manera inminente, sin que haya sucedido de momento.
Mientras, la Policía de Phangan ha continuado con el trabajo de compilación y análisis de las pruebas dentro de un procedimiento más complejo que el transmitido públicamente.
Según fuentes policiales, la dilación a la hora de cerrar el caso, que ha contado con una veintena de testigos, se ha debido a la falta de resultados de sangre y ADN que analizan varios laboratorios a los que se mandaron las pruebas desde Phangan.
Una vez que el informe se haya entregado a la Fiscalía y ésta a su vez entregue el suyo al juez antes de noviembre, el Tribunal podría fijar la fecha del juicio.
¿Podrá ser trasladado a una prisión española?
La permanencia de Sancho en la prisión de Samui, considerada amable y poco masificada, dependerá de la condena que reciba en el juicio.
El centro penitenciario de la isla acoge a condenados con penas máximas de 15 años, por lo que, si la sentencia fuera más severa, tendría que ser trasladado a la prisión de Surat Thani (provincia al sur de Tailandia) o a una de máxima seguridad en Bangkok.
Con base en un convenio bilateral entre España y Tailandia, los presos españoles condenados en el país asiático pueden pedir un traslado a una prisión española tras cumplir al menos cuatro años de su condena, siempre y cuando ésta no sea la pena capital.
El traslado podría no obstante demorarse más allá de los cuatro años, periodo establecido por la ley tailandesa, y debe ser autorizado por los dos países.
Tailandia contempla la pena capital para crímenes como el asesinato con premeditación, si bien ésta suele ser conmutada después por la cadena perpetua.