Después de cincuenta minutos de espera y tras dos intentos de retomar la función, al final se ha tenido que tomar la decisión de cancelar definitivamente la representación ante las incesantes protestas, han confirmado a Efe fuentes del Real.
A gritos de "¡fuera, fuera! o "¡suspensión!" los abonados en esta zona del Real impidieron ya que arrancara la función a su hora prevista (20:00 horas) al considerar que el aforo en esta parte del teatro (la más superior y lateral) superaba lo permitido, cuando en otras zonas, según testimonios de algunos asistentes a través de las redes sociales, "había dos butacas de separación entre espectadores".
Acto seguido, y ante la trifulca montada, el Real anunciaba por megafonía que "los que no quisieran quedarse o no estuvieran de acuerdo con la recolocación podían acudir a las taquillas para la devolución del importe de las entradas".
Entre tanto, la orquesta tocó la obertura de la ópera, mientras que las protestas continuaban, lo que obligó al maestro Nicola Luissoti a bajar del podio y detener la representación, que trató de retomarse cincuenta minutos más tarde, aunque finalmente el telón acabó echándose definitivamente.
Debido a la situación generada la Policía Municipal de Madrid ha tenido que acudir al lugar, donde han comprobado que el aforo era el adecuado a las restricciones impuestas por la crisis sanitaria, según han informado a Efe fuentes policiales.
Por su parte, el Teatro Real salía al paso de las críticas al anunciar que para la función de esta tarde se habían vendido 905 entradas, menos del 50 % del aforo.
La ópera "Un Ballo in maschera", con la que se estrenaba la temporada 20/21 en el Real fue estrenada el viernes con la presencia de los reyes.