Las primeras impresiones del Apple Watch
Mantengamos la perspectiva y sobrepongámonos a lo obvio. "No lo necesitas" y "no es para todos". Lo hemos leído en todas partes desde hace días. En el negocio de la relojería, un altísimo porcentaje de sus artículos son aspiracionales, por definición, no necesarios ni indispensables. La necesidad de mantenernos al tanto de en qué hora vivimos -acaso la única universal- se suple con cualquier reloj, desde uno de pocos euros hasta aquellos de decenas de miles. Cada uno tiene su público y su sector, luego ninguno es para todos. Lógicamente, tampoco el Apple Watch.
Todo empieza con una cita previa. En Reino Unido se puede solicitar desde las 8:01 de esta mañana a través de la página web de Apple Store o de la aplicación móvil. Desde los primeros minutos, muchos de los horarios ya no estaban disponibles. En mi caso he tenido que esperar a cancelaciones y, finalmente, he conseguido una cita para probarlo en la nueva Apple Watch Store habilitada en los almacenes Selfridges de Oxford Street en Londres, una de las tres abiertas en exclusividad para este dispositivo en todo el mundo junto a otras dos en París y Tokio, aunque puede reservarse cita en cualquier tienda de Apple del país.
Los relojes se descubren por primera vez al usuario bajo una vitrina en las nuevas mesas diseñadas para exhibir el nuevo dispositivo de la compañía. Los que podremos probar están celosamente custodiados en seguros cajones que sólo se abren con sensores de proximidad emparejados con los modernos datáfonos inalámbricos de los empleados. Podemos probar cualquier modelo, en cualquier acabado, en cualquiera de los dos tamaños disponibles (38 y 42mm) y con cualquier correa, de las categorías 'Watch' y 'Watch Sport', no estando disponibles aún los de oro de la costosa colección 'Edition'.
Los modelos de prueba únicamente sirven para experimentar la sensación de llevar el Apple Watch en tu muñeca y, de un vistazo, conocer cómo lucen la interfaz y las principales aplicaciones y utilidades que ofrece de inicio. Las primeras sensaciones tienen que ver, por tanto, con el peso y el tamaño. El de 38mm en su versión Sport, el primero que probé, tiene un peso de 25g al que hay que sumar los 47g de la correa. Si nos vamos al de 42mm, son 30g más los 51g de la correa. La diferencia de peso del conjunto entre ambos es, por tanto, de 9 gramos. En absoluto apreciable una vez los tienes puestos. Así que la elección entre un tamaño y otro no vendrá definida por el peso, sino por el tamaño de la pantalla en relación al de la muñeca de cada uno y la facilidad visual con que tenga acceso a la información, habida cuenta de que el grosor, en ambos casos, son los mismos 10,5mm. El saliente de la parte inferior de la caja, en contacto con la piel, que aloja los sensores da la sensación de que la caja está más elevada de lo que estamos acostumbrados, quizá, en relojes corrientes, pero no supone ninguna molestia sobre todo para quienes estén acostumbrados a relojes de cierto grosor. La otra utilidad que tienen las unidades de prueba que puedes "vestir" por unos minutos es experimentar cómo se siente la vibración con que el dispositivo te ofrece determinadas notificaciones.
La unidad útil en la que sí podemos probar la respuesta de la interfaz y el dispositivo ante las órdenes de nuestros dedos se encuentra anclada, de forma segura, a un pequeño stand de plástico -varios- que circula por el mostrador. Aquí podemos navegar a través del menú (la respuesta es muy fluida) e ir abriendo aplicaciones. El mecanismo de 'scrolling' a través de la rueda lateral no es, de primeras, tan sencillo de utilizar como vemos en los vídeos promocionales. En ocasiones, al pasar el dedo hacia arriba o hacia abajo, no hacemos más que acariciar la superficie sin que eso se traduzca en el zoom o scroll de la pantalla. Pero es cuestión de acostumbrarse. Incluso en estas versiones de prueba que no están emparejadas con teléfonos reales, las funciones que necesitan de los servicios de localización tardan en cargar. Así que, leyendo a quienes han podido probar durante una semana unidades totalmente funcionales, parecen muy fieles a la realidad. Tardan. Bastante.
El reconocimiento de voz de Siri funciona sorprendentemente bien. En inglés, con un acento discutible y con el elevado murmullo de otros usuarios probando otros dispositivos, he podido comprobar que ha reconocido palabra por palabra.
Los 'glances', esto es, la información que las distintas aplicaciones ofrecen de un vistazo al usuario, resultan indiscutiblemente útiles. No quiero mirar a la minúscula pantalla de un reloj durante más de 3 o 4 segundos. Si necesitara hacerlo, mejor sería sacar el móvil del bolsillo. Y, en efecto, en ninguna de ellas necesitas emplear un tiempo mayor que ese. El inconveniente es que para navegar entre ellas tienes que ir desplazando con el dedo sobre la pantalla, de derecha a izquierda o viceversa, y ahí sí que inviertes tiempo si estás viendo la primera de un lado y quieres desplazarte hasta el extremo opuesto.
La disposición de los iconos en la 'home screen' puede configurarse del mismo modo que alteramos el orden de los iconos en nuestro teléfono. La principal utilidad es tener lo más centrados posibles aquellos iconos de las apps que revisemos con mayor frecuencia. De la misma forma, la vista principal del reloj, es altamente configurable. Si únicamente quieres números grandes, los tienes. Si prefieres unas manecillas, las tienes. Personalmente y tras probar varias, no encuentro mucho sentido a las configuraciones más sencillas, puesto que cualquier reloj mecánico y cualquier reloj digital, ofrece esa misma información. Pero es cuestión de gustos. Como la de Mickey Mouse... Sí que he encontrado muy útil, en cambio, una posible configuración de estas caras -faces- del Apple Watch que te permite un rápido vistazo a la hora local, la fecha, la hora en otro lugar del planeta, y la próxima entrada del calendario. Una vez te acostumbras a qué lugar ocupa cada pieza de información en la pequeña pantalla -algo que puedes decidir tú mismo con cierta flexibilidad- la tienes de un vistazo rápido.
Son unidades de prueba y, por tanto, no podemos someterlas al entorno real pero, al menos, podemos probar cómo se manda un mensaje predefinido, cómo se dicta, cómo elegir emoticonos o mandar el latido de tu corazón. Una cosa que está simpática una vez pero que, una vez hecho, hecho está. Y salvo que seas un romántico o una romántica y quieras sorprender de cuando en cuando a tu pareja, no es algo que vayas a ir compartiendo con tus colegas.
Lo más inútil del Apple Watch, con diferencia, es la galería de fotos. ¿Para qué? ¿Qué necesidad tenemos de acceder a las fotografías del smartphone que llevamos en el bolsillo en una pantalla minúscula en nuestra muñeca?
De momento y desde hoy mismo puede reservarse en un total de nueve países entre los que, lamentablemente, aún no está España. Nos explican que el cargo a la cuenta por la compra del dispositivo sólo se efectúa una vez ha sido enviado, esto es, a partir del 24 de este mes, fecha que no será la misma para todos los países. Por lo tanto, los 'early adopters' de estos países que así lo deseen, pueden reservar un modelo hoy mismo -únicamente a través de la página web y su aplicación móvil- y tienen todavía un margen razonable de días para cambiar su opinión respecto al tamaño, la edición o la correa. Sobre las correas, existe una única opción de longitud para la 'Milanese Loop' de aluminio, dos para la 'Leather Loop' de cuero (que sólo estará disponible para el Apple Watch de 42mm, una pena para quienes se decanten por la opción de 38mm porque, sinceramente, es la que ofrece mejor acabado), y tres longitudes para la 'Sport band'.
Con este primer vistazo es imposible aventurar si el Apple Watch estará a las alturas de las expectativas que ha despertado pero, sin duda, la percepción y las sensaciones son muy buenas. Es un reloj y es un 'gadget' tecnológico y conectado, por lo que la valoración a la que lo sometamos tiene necesariamente que entender esta convergencia y no puntuarlo de forma absoluta en base a ninguno de estos extremos. Me quedo con una llamativacita de la reseña publicada por Lauren Goode en Re/code: "los 'smartwatches', a veces, parecen una solución en busca de un problema". Esto ya lo hemos oído antes y el ejemplo más claro son las tablets. Perdidas varias campañas ya en unos cuantos frentes, pronto comprobaremos cómo de vulnerables somos al último "ataque" de Apple a nuestros bolsillos.