Electrodomésticos

Tu lavadora tiene este botón que seguramente no uses y deberías hacerlo

El ciclo medio de consumo de una lavadora es de unos 1.034 Wh (vatio-hora) cada vez que la usamos.

Alicia Bernal

Madrid |

Por qué se bloquea la puerta de la lavadora: así puedes evitarlo | Pixabay

En nuestro día a día usamos muchos electrodomésticos: nevera, lavavajillas, televisor, lavadora, secadora… pero uno de los que más consume es la lavadora, junto con la secadora. Según un estudio que ha realizado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), este electrodoméstico gasta de media en cada ciclo de lavado unos 1.034 Wh. Por ejemplo, el consumo medio de un lavavajillas es de 757 Wh, del horno 900 Wh y la secadora 2.000 Wh.

Este alto consumo de la lavadora puede suponer un marcado incremento en la factura de la luz, sobre todo si en el hogar conviven varias personas.

El botón que te ayudará a ahorrar en el consumo de la luz

Dentro del proceso que realiza una lavadora a la hora de lavar la ropa, calentar el agua es uno de los procesos que conllevan mayor consumo de energía. De hecho, se estima que este proceso representa hasta el 90% del consumo total de energía durante un ciclo de lavado. De esta manera, seleccionar la opción de agua fría puede reducir significativamente el consumo de energía y, por ende, la factura de luz y la reducción de la huella de carbono.

Beneficios de lavar con agua fría

Aparte de un ahorro significativo en la factura de la luz, lavar la ropa en agua fría puede ser beneficiosa en otros aspectos, como en el cuidado de las prendas.

Repasamos cuándo es recomendable elegir esta opción de lavado:

  • Prendas delicadas: la ropa de materiales delicados como seda, lana o prendas con detalles bordados se beneficia del lavado en agua fría, ya que se reduce el riesgo de daño o encogimiento.
  • Ropa de colores vivos o oscuros: el agua fría ayuda a evitar que los colores se desvanezcan o destiñan. Esto es especialmente útil para prendas nuevas que pueden soltar tinte durante los primeros lavados.
  • Ropa ligeramente sucia: si la ropa no está muy sucia, el agua fría suele ser suficiente para limpiarla, especialmente cuando se utiliza un buen detergente que esté formulado para funcionar a bajas temperaturas.
  • Prendas de materiales sintéticos: las telas como el poliéster, el nylon y otros materiales sintéticos suelen lavarse bien en agua fría y mantener mejor su forma y textura.
  • Para prevenir el encogimiento: el agua caliente puede hacer que ciertas telas se encojan. Usar agua fría ayuda a mantener la forma y el tamaño original de las prendas.

Además de en estos casos, también podemos encontrarnos con prendas en las que su etiqueta indica que es recomendable lavarlas en agua fría. Es importante seguir estas instrucciones para mantener la ropa en buenas condiciones.