Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, el magistrado titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Arganda del Rey ha tomado esta decisión al considerar que hay indicios suficientes para considerarle autor de tres delitos de homicidio, tal y como ha solicitado la Fiscalía
Dilawar Hussein F.C., de origen paquistaní, con nacionalidad española y de 42 años, ha sido trasladado esta mañana desde las dependencias de la Comandancia de Madrid de la Guardia Civil, en la localidad de Tres Cantos, hasta los juzgados, dos días después de entregarse.
La madrugada del lunes El acusado se entregó en las dependencias de la Guardia Civil, momento en que admitió su implicación en la muerte de Ángeles, Pepe y Amelia y fue detenido como presunto autor de tres delitos de homicidio doloso.
Sus cuerpos sin vida, quemados, apilados, con restos de sangre y en proceso de descomposición fueron hallados la mañana del pasado jueves en el interior de su domicilio.
Los primeros indicios apuntan a que el motivo del crimen fue una venganza por no haber podido cobrar 60.000 euros que habría prestado a las víctimas. Los hermanos Amelia, Ángeles y Pepe alquilaron al hombre una habitación en su casa en la primavera del pasado año como medida desesperada para salir de la complicada situación económica que atravesaban.
El origen de esa mala situación está en la estafa en la que cayó Amelia, que creía tener una relación amorosa con un falso militar americano al que conoció en redes sociales. Posteriormente, su hermana acabó embaucada por una amigo del primero, llegando a entregarles más de 400.000 euros.
El hombre es el pakistaní Dilawar Hussain, de 43 años, que ya fue detenido el pasado 24 de febrero de 2023 por un delito de lesiones con instrumento peligroso (un martillo), que tuvo como víctima a una de las dos mujeres fallecidas y que acabó en una condena de dos años de prisión, cuya ejecución fue suspendida.
En el marco de la 'Operación Calvario', la Guardia Civil registró ayer por la tarde durante dos horas la casa de Arganda en la que vivía el asesino confeso para recabar pruebas y encontrar arma supuestamente utilizada en los crímenes. Se trata de un martillo o un elemento contundente utilizado para golpear hasta la muerte a los tres hermanos septuagenarios, que de momento no han hallado.
Debido al estado de los cadáveres, las autopsias, que comenzaron el viernes, aún no han concluido, y continúan hoy en el Instituto de Medicina Legal de Valdebebas. El estado de los cuerpos indica que fueron víctimas de un calvario, de ahí el nombre de la operación y el hecho de que vivían en la Travesía del Calvario, ya que presentaban golpes, apuñalamientos y quemaduras.
En el registro el jueves de la escena del crimen en Morata los agentes hallaron una pistola de fogueo que habrían comprado los hermanos para defenderse de sus amenazas. Además, no las cerraduras ni las ventanas de la vivienda de Morata en la que se hallaron los cadáveres estaba forzada, por lo que los investigadores sospechaban desde el principio que abrieron la puerta a algún conocido o éste tenía las llaves.