VIOLENCIA MACHISTA

Desaparición de las niñas de Tenerife: cronología de 44 días de angustia buscando a Anna y Olivia

Se sigue buscando con el sónar que localizó el cuerpo de Olivia, el paradero Anna, la niña de un año.

ondacero.es

Madrid | 12.06.2021 06:05

Esta es la nueva hipótesis que se baraja en la investigación del caso de las niñas de Tenerife | EFE

Todo comenzó el pasado 27 de abril de 2021, cuando Olivia y Anna Gimeno Zimmermann, dos hermanas de seis y un año, fueron secuestradas por su padre, Tomás Gimeno, en Tenerife.

Tomás Gimeno no aceptaba que su ex mujer rehiciera su vida

Tomás Gimeno y Beatriz Zimmermann no eran pareja desde el verano de 2020. La mujer decidió terminar su relación entonces y tenía una nueva pareja, más mayor que ella, a la que Tomás Gimeno llegó a agredir.

Tomás y Beatriz son padres de esas dos niñas, Olivia y Anna y no contaban con un convenio regulador para las visitas, aunque Beatriz, la madre, no tenía intención de oponerse a la custodia compartida.

Tomás Gimeno , de 37 años no aceptaba que su mujer hubiera decidido dejarle, ni que Beatriz hubiera iniciado una relación de pareja con Eric, un empresario belga afincado en Tenerife, de 60 años y para el que la mujer estaba trabajando.

Desaparición y secuestro

Las niñas vivían habitualmente con la madre, pero veían con mucha frecuencia al padre. El 27 de abril, Tomás Gimeno recogió a su hija pequeña Anna y acudió con ella al campamento la Villa, muy cerca del colegio alemán donde estudiaba la hija mayor, Olivia.

La hija mayor estaba en unas clases de tenis y cuando terminó, el padre, Tomás, las llevó a las dos a casa de los abuelos paternos, en Santa Cruz de Tenerife.

Esa tarde, el padre condujo su coche, un Audi A3 blanco, hasta el puerto Marina de Tenerife, donde tenía atracada su barca e hizo una visita rápida, según las pruebas en poder de la Guardia Civil. Todo indica que se limitó a subir a la barca, poner el motor en marcha para comprobar si seguía funcionando. Poco después salió de allí hacia su coche.

Después, Tomás acudió a casa de los abuelos y recoge a las niñas sobre la 19:30 de aquella tarde. Los padres de Tomás declararon luego que su hijo tuvo un comportamiento peculiar, que sonaba a despedida. Incluso que dio un abrazo a su padre, el abuelo paterno, algo que no hacía casi nunca, mucho menos en un día normal. Varios amigos de Tomás Gimeno, sus amigos más íntimos, recibieron esa misma madrugada, mensajes que ellos luego definirán a la madre como "de despedida".

Las cámaras del puerto lo grabaron con dos grandes macutos

A las nueve de la noche, una hora y media después, el padre tenía que devolver a las niñas a la madre, Beatriz, pero no lo hizo. La madre acudió a la casa del padre, en Candelaria, a la hora en que habían quedado los dos, pero allí no respondía nadie. Ella tenía llaves de la casa, donde vivían cuando eran pareja, y entra y comprueba que en la casa no están Tomás ni las niñas. La madre le llama entonces por teléfono y el padre le contestó con aparente normalidad, le dijo que se iban a retrasar pero que se las llevaría a su casa.

Apenas media hora después, a las nueve y media de la noche, las cámaras de seguridad del puerto Marina Tenerife y el propio vigilante de seguridad vio cómo Tomás Gimeno regresó en coche al lugar donde tenía su barca. Las niñas no aparecen en la grabación. El vigilante tampoco las ve. Nadie las ve. Sí vio a Tomás Gimeno llegar en coche y también sacar dos grandes macutos del estilo de los petates o sacos militares y una maleta.

"No vas a volver a ver más a las niñas"

Tomás Gimeno llevó los bultos hasta la barca, los carga allí y salió a la mar, donde estuvo casi dos horas. Mientras está allí, en la barca, recibió una llamada de la madre, a las diez menos un minuto y para recordarle que tiene que entregarle a las niñas. El padre le dijo a su ex mujer: "no vas a volver a ver más a las niñas, tampoco a mí".

Beatriz le volvió a llamar y consiguió hablar con él a las diez y media de aquella noche. Tomás insistió en que no va a devolverle a las hijas y que nunca más las verá, ni tampoco a él. Ella insiste y sigue llamándole para tratar de convencerlo. Consiguió hablar con él de nuevo a las once menos veinte de la noche pero Tomás no le dijo donde estaba. Poco más tarde, a las once y media de la noche, el padre que había secuestrado a las niñas, volvió al puerto.

Gimeno volvió a ser detectado en el puerto de Tenerife. Acudió a una gasolinera cercana, compró tabaco y un cargador para su teléfono móvil. Tomás pasó unos veinte minutos allí, mientras su teléfono va recargándose. Pasado ese tiempo, volvió a coger su barca y salió a la mar.

Y a la una y media de la mañana su ex mujer, Beatriz, consiguió volver a hablar con él. Lo que ha contó la madre de las niñas es que fue una conversación larga, de casi veinte minutos, en los que los dos hablaron de su relación de pareja y también de las niñas. Tomás aquí le dijo que él, en singular, se va a ir lejos. Y a su ex mujer le dijo, "no vas a volver a ver a las niñas".

A las 6 de la mañana, la madre de las niñas acudió al cuartel de la Guardia Civil porque siguió llamando a su ex pareja, pero no le contestaba y el teléfono estaba apagado.

La barca apareció vacía el 28 de abril

Al día siguiente, el 28 de abril, la barca de Tomás Gimeno apareció vacía, flotando y sin ancla, cerca del puertito de Güimar. En este momento, comenzó la investigación por el secuestro delas niñas.

En la barca se encontraron pequeños restos de sangre que podían ser del padre, de Tomás. En cuanto al coche que dejó en el puerto, Guardia Civil no encontró nada de interés, ni un rastro de sangre, igual que en la casa de Tomás, donde se supone que estuvieron antes de que el padre las hiciera desaparecer.

Un día después, el 29 abril, apareció flotando una silla infantil de retención en vehículos perteneciente a una de las niñas y un día después, la Guardia Civil comunicó el hallazgo de restos de sangre en la lancha del padre, pero era una sangre antigua.

La hipótesis de la huida, en la que creía la madre, perdía fuerza para los investigadores, pero se inició una búsqueda internacional.

Búsqueda internacional

Se activó la búsqueda internacional y se siguió la pista a un velero sospechoso de bandera británica que supuestamente hizo unos movimientos extraños después de salir del puerto de Las Palmas y que acabó llegando a Cabo Verde, pero se demostró que no tenía nada que ver con esta historia.

Llegada del buque oceanográfico para buscar a Anna y Olivia

El 17 de mayo, la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, comunicó que se incorporaría un sonar y un robot submarino a la búsqueda de las niñas desaparecidas en Tenerife. Dos semanas más tarde, el 31 de mayo comenzó el rastreo del fondo marino en busca de las niñas

Hallazgo de una botella de oxígeno y una funda nórdica

El 7 junio el sónar localizó una botella de oxígeno y una funda nórdica en la zona donde fue hallada la embarcación de Tomás. Al día siguiente, se confirmó que los objetos pertenecían al padre.

Hallazgo del cuerpo de Olivia

Ayer jueves, 11 de junio, la Delegación del Gobierno en Canarias informó que había aparecido en el mar un cuerpo sin vida aparentemente de una menor en la zona de búsqueda de las niñas desaparecidas en Tenerife. Era el cuerpo de Olivia, la mayor de las dos niñas.

El cuerpo se encontró en una zona cercana a la costa de más de 1.000 metros de profundidad. Se hallaron dos bolsas: una más grande donde se encontraba el cadáver y otra más pequeña vacía.

Hipótesis de la Guardia Civil

El hallazgo de estos objetos refuerza las hipótesis de la Guardia Civil de que el objetivo de Gimeno era lastrar algo al fondo del mar. Por ello, los esfuerzos se centran en buscar el ancla y el cinturón de 8 kilos de plomo que llevaba el padre.

Las fuerzas de seguridad creen que sería posible que el objetivo de Gimeno fuera lanzar al fondo del mar a sus hijas y después a él mismo.