La tasa de casos de COVID-19 en Europa descendió un 14 por ciento en la semana del 22 al 28 de agosto comparación con la semana anterior, dentro de una tendencia a la baja de 6 semanas, pero sigue siendo relativamente alta (339 por cada 100.000 habitantes, un 9 por ciento del máximo pandémico), según los datos del Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés).
El ECDC ha observado una tendencia a la baja similar para las tasas de casos entre las personas de 65 años o más, alcanzando el 29 por ciento del máximo pandémico para este indicador.
Los datos son muy divergentes según el país analizado. Aunque la ola derivada de la expansión de las cepas ómicron como Ómicron BA.5 parecen haber tocado techo, algunos estados todavía notifican cifras en aumento como Portugal. España está en la parte intermedia de la lista con una incidencia de 153 contagios por 100.000 habitantes, aunque circunscrito a los mayores de 60 años.
De los 28 países con datos sobre ingresos/ocupación en hospitales o UCI hasta la semana 34, tres notificaron una tendencia al alza en al menos uno de estos indicadores en comparación con la semana anterior. Los niveles actuales de los indicadores de la UCI siguen siendo bajos, entre el 1-23 por ciento de los valores máximos observados durante la pandemia, aparte de Islandia, que informó de más del 25 por ciento de su valor máximo.
La tasa de mortalidad de COVID-19 a los 14 días ha disminuido durante cuatro semanas (8,3 muertes por millón de habitantes, frente a 12,1 muertes la semana anterior). En dos países, Chipre (uno) y Polonia (uno), se observaron tendencias al alza (duración en semanas) en la tasa de mortalidad por COVID-19.
En comparación con la semana anterior, se prevén tendencias decrecientes en los casos y en las muertes y tendencias crecientes en los ingresos hospitalarios para el conjunto de Europa a finales de la semana 36, es decir, la segunda de septiembre.