Mark Rutte, nuevo secretario general de la OTAN, resalta que no ve inminente la amenaza nuclear de Rusia
El neerlandés Mark Rutte se ha convertido en el nuevo secretario general de la OTAN, tras suceder al noruego Jens Stoltenberg en una reunión del Consejo del Atlántico Norte.
El neerlandés Mark Rutte se ha convertido en el nuevo secretario general de la OTAN, tras suceder al noruego Jens Stoltenberg en una reunión del Consejo del Atlántico Norte.
El traspaso se produjo después de que Stoltenberg entregara a Rutte un mazo vikingo que Islandia donó a la OTAN y que se utiliza para reuniones especiales en la Alianza. Se usó en el último encuentro de ministros celebrado en la anterior sede de la organización transatlántica, empleada hasta 2018, y también se utilizó hoy.
Después, Stoltenberg ha cedido la silla del presidente del Consejo del Atlántico Norte, el máximo órgano de toma de decisiones de la OTAN, a Rutte, convertido ya en secretario general de la Alianza.
Rutte ha asegurado que es un gran honor asumir el puesto y agradeció a todos los países de la organización transatlántica por confiar en él como responsable de "guiar a la Alianza en los próximos años".
"Es un gran trabajo y el listón está muy alto. Jens, has sido un secretario general ejemplar", ha comentado.
Cuáles son sus prioridades
Subrayó que entre sus prioridades figuran mantener a la OTAN "fuerte" y garantizar que las defensas siguen siendo "eficaces y creíbles".
"Para esto necesitamos más fuerzas, con mejores capacidades e innovación más rápida. Esto requiere más inversión, porque para hacer más debemos gastar más. No hay alternativa libre de coste si queremos estar a la altura de los desafíos y mantener a nuestra población de mil millones de personas segura", expuso.
También incluyó entre las prioridades incrementar el apoyo a Ucrania y acercar el país a la OTAN.
"No puede haber una seguridad duradera en Europa sin una Ucrania fuerte e independiente", comentó.
Aseguró que la Alianza debe cumplir con el "camino irreversible" de Ucrania hacia su pertenencia a la organización transatlántica.
"Debemos cumplir el paquete acordado en la cumbre de Washington, el mando, el compromiso financiero y el camino irreversible de Ucrania hacia la adhesión", indicó Rutte.
Declaró que se debe mantener el apoyo a Ucrania en el tiempo porque el lugar adecuado de Kiev está en la OTAN.
Asimismo, dijo que se concentrará en fortalecer las asociaciones con la Unión Europea y con terceros países del mundo.
No ve inminente amenaza nuclear de Rusia
El nuevo secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha subrayado que no hay una amenaza de un inminente uso de armas nucleares por parte de Rusia pese a su retórica en relación con la guerra en Ucrania, pero alertó del apoyo militar que le aporta China.
"Escuchamos amenazas periódicas del Kremlin y es cierto que la retórica nuclear de (el presidente ruso, Vladímir) Putin es imprudente e irresponsable, pero al mismo tiempo, permítanme dejarlo absolutamente claro, no vemos ninguna amenaza inminente de que se utilicen armas nucleares", indicó Rutte tras tomar el relevo del noruego Jens Stoltenberg al frente de la Alianza Atlántica.
En su primera rueda de prensa como secretario general aliado, Rutte ha dejado claro su propósito de seguir reforzando las capacidades de la OTAN y de mantener el apoyo a Ucrania para que el país prevalezca y, además, salvaguardar la seguridad del área euroatlántica.
"En general, no sólo en lo nuclear, si se cediera a las amenazas de Putin, se sentaría el precedente de que el uso de la fuerza militar permite a un país conseguir lo que quiere", ha afirmado.
China, facilitador decisivo de la guerra de Rusia contra Ucrania
Al mismo tiempo, Rutte ha asegurado que mediante su apoyo a la industria militar rusa China se ha convertido en un "facilitador decisivo" de la guerra de Rusia contra Ucrania.
"China no puede seguir alimentando el mayor conflicto en Europa desde la Segunda Guerra Mundial sin que esto tenga un impacto en sus intereses y reputación", ha aeverado.
Rutte ha afirmado que Rusia no está obteniendo de manera gratuita la munición de Corea del Norte; los misiles y drones de Irán, o la microelectrónica, las materias primas u otros bienes de doble uso civil y militar de China.