La Policía identifica a una pareja como los autores del tiroteo de San Bernardino
Las autoridades han identificado a Syed Farook como uno de los sospechosos en el tiroteo registrado en un centro de ayuda para discapacitados en San Bernardino (California) que ha provocado al menos 14 muertos y 18 heridos, informaron medios locales.
Ambos fueron muertos por la Policía horas después del tiroteo tras una espectacular persecución que ha dejado como resultado una ciudad sitiada, con accesos por carretera cortados a cal y canto y una presencia policial masiva, incluidos helicópteros de vigilancia sobrevolando la zona de forma constante. Burguan explicó que Farook era un empleado del condado que trabajaba en el edificio donde tuvo lugar la matanza y que el miércoles acudió a la fiesta que allí se celebraba con motivo de la Navidad, pero que abandonó el lugar "enfadado" para regresar después con su pareja y armado para perpetrar el tiroteo.
El sospechoso había trabajado durante cinco años como especialista en medio ambiente para el condado de San Bernardino en el Inland Regional Center, un centro de ayuda para discapacitados donde tuvo lugar el tiroteo. El jefe de Policía explicó que la investigación les llevó hasta una casa en la localidad de Redlands (anexa a San Bernardino), en la que divisaron un vehículo sospechoso y se inició una persecución que terminó con Farook y Malik (las dos personas que viajaban en el coche) muertos y con un policía herido.
El agente no corre peligro, según las autoridades. El hospital Loma Linda Medical informó de que dos personas están en estado crítico, sin detallar cómo se encuentran el resto de los heridos. Alrededor de una veintena de agentes participaron en el tiroteo contra los dos sospechosos. Aunque en un primer momento se habló de la posibilidad de que hubiese un tercer atacante -una persona fue detenida en el lugar del tiroteo-, la investigación se centra ahora en la hipótesis de que Farook y Malik fueron los únicos responsables de la matanza.
Las autoridades indicaron que por el momento desconocen el móvil del crimen, aunque aseguraron que existía planificación y que no se trató de algo espontáneo, por lo que no descartaron motivaciones terroristas. Los sospechosos irrumpieron en el edificio armados con rifles de asalto de calibre .223 y pistolas, y en el Inland Regional Center fueron hallados tres artefactos explosivos.
Los hechos comenzaron a las once de la mañana (hora local), cuando se dieron los primeros avisos de un tiroteo. Cientos de personas fueron evacuadas del edificio atacado, muchas de ellas saliendo en fila y con las manos en alto, y trasladadas a lugares seguros. Los individuos que irrumpieron en el centro estaban equipados con "armas largas" y vestuario militar, precisaron las autoridades.
"Vinieron preparados e hicieron lo que hicieron como si estuvieran en una misión", dijo Burguan, quien detalló que los sospechosos habrían huido en un vehículo de color oscuro. Más adelante, por la tarde, los investigadores localizaron una vivienda en la cercana población de Redlands, de la que salió un vehículo también oscuro y aparentemente vinculado al tiroteo, lo que desembocó en una persecución y un posterior tiroteo entre los sospechosos y la policía en una urbanización.
En este tiroteo murieron un hombre y una mujer que vestían "ropa de asalto" y portaban fusiles y granadas, mientras que un agente resultó herido. Tras ese intercambio de disparos, la Policía desplegó un dispositivo especial de vigilancia y estableció un perímetro de seguridad en Redlands para rastrear casa por casa hasta que se determinó que la zona era segura.
Barguan añadió que continúa la investigación en el centro de asistencia a discapacitados, donde se encontró lo que "se cree puede ser un dispositivo explosivo", por lo que aseguró que las indagaciones en este sentido proseguirán "con cautela". El suceso de San Bernardino es el tiroteo con más muertos en EEUU desde la matanza en 2012 de la escuela Sandy Hook de Newtown (Connecticut), donde murieron asesinados a tiros 20 niños y 6 mujeres.
En este sentido, el presidente de EEUU, Barack Obama, urgió a acabar con la "pauta" que convierte a los tiroteos masivos en algo que ocurre de forma "normal" en el país, ya que esta situación "no tiene ningún paralelo en ningún sitio del mundo". Por su parte, el alcalde de San Bernardino, R. Carey Davis, emitió un comunicado en el que afirmó que la ciudad había sufrido una "severa pérdida" y "un severo shock".