Las autoridades norcoreanas anunciaron la expulsión y alegaron que su cobertura estaba siendo "poco respetuosa", por lo que nunca podrá volver al país.
El periodista, que entró en el país el 29 de abril, fue detenido cuando se disponía a abandonar Pyongyang el pasado viernes 6 de mayo y permaneció retenido hasta hoy en un hotel de la capital.
Wingfield-Hayes, que trabaja habitualmente como corresponsal en Tokio, abandonará el país. Unos 130 periodistas extranjeros se encuentra en Pyongyang cubriendo el Congreso del Partido de los Trabajadores, que se celebra por primera vez en 36 años y que tiene previsto concluir este lunes.