Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva se disputaban este domingo la presidencia de Brasil en la segunda ronda de las elecciones. Las urnas han cerrado a las 17:00 (21:00 de España) tras una intensa jornada de votaciones que ha transcurrido sin incidentes y en la que a diferencia de lo que pasó hace unas semanas en la primera ronda, los simpatizantes de ambos partidos han podido lucir los colores de los respectivos líderes.
El recuento de votos ha sido muy rápido. A diferencia del 2 de octubre, en las que hubo votaciones para el Congreso, los gobernadores y las asambleas estatales en 27 estados, esta vez la elección presidencial ha acaparado toda la atención. Esta vez solo hay opción de votar a los dos candidatos de la segunda vuelta.
Lula ganó la primera ronda reciente por unos 6 millones de votos, pero no alcanzó la mayoría general que le habría garantizado una victoria absoluta.
El recuento ha sido trepidante siempre con una votación en torno al 50 por ciento para ambos candidatos. En un primer momento, Lula tomaba la delantera. Poco después era Bolsonaro el que aventajaba en medio punto. Pero a medida que ha avanzado cuando se llegaba al 70 por ciento de escrutinio, Lula se ha adelantado a su rival y se ha ido manteniendo a medida que el escrutinio avanzaba.
Finalmente, Lula se ha impuesto con un 50,7% de los votos frente al 49,3% de Bolsonaro. La abstención ha sido de un 20,53 por ciento.
Bolsonaro se convierte en el primer presidente brasileño en no lograr la reelección. Estos resultados cierran una tensa campaña de violencia política y polarización para un país que sale muy dividido y con un presidente que tendrá 77 años cuando asuma el cargo. Será su tercera etapa en el poder tras sus dos mandatos de 2003-2010.
El margen de victoria de Lula es el más estrecho desde 1989, cuando los brasileños votaron por primera vez desde el final de la dictadura militar. El margen más cercano anterior fue en 2014, cuando Dilma Rousseff ganó su segundo mandato consecutivo al vencer a Aecio Neves por 51,6 % a 48,4 %.