El Consejo de Ministros de Italia aprobó ayer por decreto ley la vacunación obligatoria para mayores de 50 años, una decisión que busca controlar el rápido aumento de contagios en el país debido a la nueva variante del Covid.
A partir del 15 de febrero, los empleados públicos y privados tendrán que mostrar su certificado sanitario reforzado (que se obtiene solo cuando se está vacunado o se ha pasado la enfermedad), para acceder a sus puestos de trabajo.
El Gobierno italiano extendió también la obligación de vacunación al personal universitario, con independencia de su edad, equiparándolo así al personal escolar, que ya lo tiene que hacer desde mediados de diciembre.
"Las medidas de hoy quieren preservar el buen funcionamiento de los hospitales y, al mismo tiempo, mantener abiertas las escuelas y las empresas. Queremos frenar el crecimiento de la curva de contagios y empujar a los italianos que aún no se han vacunado a que lo hagan", dijo el primer ministro, Mario Draghi.
Italia registró ayer un nuevo récord de contagios, con 190.000 casos en las últimas 24 horas, y el número total se sitúa ya en los 6,7 millones desde febrero del
Con esta nueva normal, el ministro de Sanidad, Roberto Speranza, insistió en que buscan reducir el número de no vacunados lo máximo posible, pues "dos tercios de los hospitalizados en UCIs y el 50 % de los pacientes en salas ordinarias no están vacunados".