Al menos 650 niñas han sido envenenadas con un gas tóxico en Irán desde el pasado 15 de noviembre. Estos casos se han registrado en 30 escuelas de, al menos, 15 ciudades del país.
Según Associated Press, los gases se introducían en las escuelas a través de las ventanas y algunas tuvieron que ser hospitalizadas tras la inhalación de los fluidos al manifestar síntomas como problemas respiratorios, náuseas o mareos.
La periodista iraní, Masih Alinejad, ha expresado a través de su cuenta de Twitter el "terror biológico" que están las experimentando las escolares en el país oriental: "Después de la protesta contra el hiyab forzado en Irán y el levantamiento contra el régimen, ahora cientos de escolares están siendo envenenadas en Irán para evitar que protesten, admite el viceministro iraní".
Asimismo, la activista señala que varias niñas intoxicadas no pueden respirar y se "están muriendo aquí" y hace un llamamiento a los medios internacionales.
Una de las principales hipótesis que se baraja como desencadenante ante esta espiral de ataques es la muerte del pasado 16 de septiembre de la activista Mahsa Amini. La joven fue torturada y asesinada a golpes por la policía iraní al revelarse contra el régimen ayatolá por la imposición de llevar el hiyab.
Las autoridades del país aún no han nombrado sospechosos, pero los ataques han suscitado temores de que las niñas iraníes podrían ser envenenadas por el solo hecho de querer educarse.
Los primeros casos se detectaron en Qom, a unos 125 kilómetros al sudoeste de Teherán. Allí, en el centro para teólogos y peregrinos chiís, varias alumnas del Conservatorio Noor Yazdanshahr enfermaron en noviembre, y posteriormente, en diciembre, se detectaron nuevos casos.
Las afectadas tuvieron dolores de cabeza, taquicardia, cansancio o incapacidad motriz.