Las autoridades turcas han anunciado el cierre de más de 130 medios de comunicación, en el marco de la purga iniciada tras la intentona golpista del pasado 15 de julio, según ha informado la cadena CNN Turk. Entre los medios cerrados hay tres agencias de noticias, 16 televisiones, 23 radios y 45 diarios, de acuerdo con la agencia de noticias oficial, Anatolia.
Esta medida se suma a las licencias retiradas a cientos de periodistas por sus supuestos vínculos con la asonada militar y su presunto líder, el influyente clérigo Fetulá Gulen, exiliado en Estados Unidos. Sin embargo, la prensa ha advertido de que la ofensiva contra la libertad de expresión comenzó mucho antes del fallido golpe. El año pasado las autoridades clausuraron 'Zaman', el diario de mayor tirada. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha declarado el estado de emergencia y ha suspendido el Convenio Europeo de Derechos Humanos esgrimiendo razones de seguridad ante la posibilidad de que se produzca un nuevo golpe de Estado.
Desde Occidente ya han advertido de que cualquier medida adoptada por las autoridades turcas, que incluso se plantean recuperar la pena de muerte, debe respetar el Estado de Derecho y el orden democrático de la nación euroasiática. "Todos estamos muy preocupados por lo que está ocurriendo", ha dicho en una rueda de prensa celebrada este miércoles el vicepresidente primero de la Comisión Europea, Frans Timmermans, en alusión a las ola de detenciones en Turquía.
Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, John Kirby, ha apuntado a la detención de periodistas como "una preocupante tendencia en la que los cuerpos oficiales de seguridad y judiciales son usados para desalentar discursos políticos legítimos".