Jyahshua A. Hill, un joven de 20 años de Richmond, Virginia, ato a su perro a una valla, lo roció con gasolina y le prendió fuego. Una protectora de animales local rescató al animal y lo intentó sanar sin éxito ya que el perro tenía más del 40% del cuerpo quemado.
El caso se hizo público en las redes sociales y la gente exigió un castigo para él. Finalmente, se ha celebrado un juicio en el que el joven ha admitido su culpabilidad y ha sido condenado a cinco años.