Con tan solo tres años, el pequeño Julius ha tenido que enfrentarse a dos duros reveses: la leucemia y la muerte de su madre por una enfermedad cardiaca.
Su padre era la única persona que podía cuidarle pero estar todo el tiempo con él le impedía ir a trabajar.
Para que pudiera mantener su empleo, la jefa de Recursos Humanos hizo un llamamiento a toda la empresa. Les pidió que hicieran horas extra y donaran el importe a su compañero.
La respuesta fue inmediata: todos accedieron, incluso quienes no conocen a Andreas. Según informa el diario Metro, en poco tiempo acumularon más de 3.000 horas que le permitirán seguir cuidando de su hijo durante un año y subsistir con el dinero recaudado.