Rusia lanza una bomba sobre un colegio de Belogorovka, en la provincia ucraniana de Lugansk, que ha dejado al menos 62 muertos según ha informado el gobernador civil-militar de la región, Sehii Haidai.
El atentado sucedió pasadas las 16:30 de la tarde del sábado. El bombardeo provocó un incendio en el centro educativo y en la Casa de la Cultura de la localidad donde se refugiaban varias familias con menores.
"Lo más probable es que la totalidad de las 60 personas que están bajo los escombros del edificio hayan fallecido. No puede matar a soldados, sino que mata a niños inocentes", se ha lamentado Haidai. "Estas son las auténticas atrocidades del 'mundo ruso': bombardeos sobre una escuela con un refugio antiaéreo, el asesinato de niños", ha añadido.
Los trabajadores del Servicio Estatal de Emergencias intentan retirar los escombros lo más rápido que pueden aunque ven poco probable encontrar a alguien con vida.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano ha condenado este ataque que ha calificado como un "crimen de guerra brutal". Además, el ministerio ha querido señalar que este terrible suceso ha ocurrido un día antes del Día de la Memoria y la Reconciliación, cuyo objetivo es recordar las víctimas de la Segunda Guerra Mundial.
Haidai había alertado con anterioridad de la intención de Rusia de "provocar deliberadamente una hambruna" en Lugansk atacando almacenes de alimentos y el sistema de abastecimiento de agua. A pesar de saber esta información, el pasado martes el gobernador de la región comentaba que la situación cambiaría en un plazo de dos semanas y que "para la ocupación rusa solo irá a peor", dijo.