El templo situado en la provincia de Kanchanaburi, al oeste de Bangkok, y abierto desde 2001 con 7 tigres ha recibido durante estos últimos años a turistas y visitantes que realizaban selfies y se fotografían con los famosos tigres que parecían sedados. Sin embargo, este lugar ha sido investigado por la presunta relación con el tráfico animal y después de recibir denuncias realizadas por activistas, ya que algunas partes del tigre son utilizadas para la medicina china.
Se ha tenido que proceder además al cierre del templo, mientras las autoridades llevan a cabo el traslado de los 137 ejemplares que se encontraban en el templo y que serán llevados a otros centros de crías para fauna silvestre.
Las 40 crías de tigre han sido encontradas en un congelador de la cocina del templo, según el director general del departamento de Parques Nacionales de Tailandia, Adirson Nuchdamrong. "Algunos voluntarios ajenos al templo nos han advertido sobre ello y nos han mostrado el congelador. Quizás ellos sentían que en el templo se estaba produciendo algo extraño", señala Adirson.
Tailandia ha sido un país con un importante recorrido de tráfico ilegal de especies y recursos naturales, incluyendo materiales valiosos como el marfil. Pájaros exóticos, mamíferos y reptiles, algunos de ellos especies protegidas y que en ocasiones han sido encontradas en los mercados.