El presidente de la autoproclamada república de Nagorno Karabaj, Samvel Shajramanián, ha decretado la disolución de la entidad separatista en territorio de Azerbaiyán.
"Todos los órganos estatales y las organización dependientes de ellos deben disolverse antes del 1 de enero de 2024, y la república de Nagorno Karabaj (Artsaj) deja de existir", señala el decreto recogido por medios armenios.
Asimismo, resalta en un comunicado publicado en la cuenta de la Presidencia de Artsaj en Telegram que la decisión "tiene en cuenta el acuerdo alcanzado con Azerbaiyán, mediado por las tropas de pacificación rusas, para el paso libre, voluntario y sin restricciones de los residentes de Nagorno Karabaj, incluido el personal militar que ha entregado las armas".
"La población de Nagorno Karabaj, incluidos los que están fuera de la República, deben familiarizarse, tras la entrada en vigor de este decreto, con las condiciones de reintegración presentadas por Azerbaiyán para adoptar una decisión independiente e individual sobre la posibilidad de quedarse en Nagorno Karabaj", ha subrayado el comunicado.
Asimismo, resalta que la decisión "tiene en cuenta el acuerdo alcanzado con Azerbaiyán, mediado por las tropas de pacificación rusas, para el paso libre, voluntario y sin restricciones de los residentes de Nagorno Karabaj, incluido el personal militar que ha entregado las armas".
Las autoridades armenias han elevado este mismo jueves a más de 65.000 el número de desplazados llegados al país huyendo de Nagorno Karabaj tras la toma del control de la zona por parte Azerbaiyán, lo que supone más de la mitad de la población con la que contaba el territorio antes de la ofensiva relámpago de la semana pasada por parte de Bakú.
El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, afirmó el domingo que la posibilidad de que la población armenia de la región de Nagorno Karabaj se traslade a Armenia en el marco de la reintegración del territorio en Azerbaiyán estaba aumentando, antes de advertir del peligro de una "limpieza étnica".
Las autoridades azeríes han manifestado en todo momento que su intención es que estas personas puedan permanecer en sus hogares y ha prometido respetar sus derechos, si bien Ereván se ha mostrado escéptico sobre estos compromisos y decenas de miles de personas han optado por abandonar la zona.