Pedro Sánchez aboga por abandonar "la estrechez política" y volver al diálogo en Cataluña
El presidente del Gobierno ha apelado a la necesidad de soluciones para el conflicto en Cataluña en beneficio del progreso y, aunque no ha mencionado la mesa de diálogo explícitamente, ha pedido que se deje atrás la dialéctica de "los unos y los otros" y se busque un acuerdo para encarar "un nuevo 'nosotros'".
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido la posible concesión del indulto a los presos del procés y la mesa de diálogo con la Generalitat de Cataluña, asegurando que es necesario "encontrar una solución a determinados problemas" que comprometen y lastran a la comunidad catalana y a la española.
Lo ha hecho en el acto de homenaje al editor de La Vanguardia, Javier Godó, en el 250 aniversario de la patronal Fomento del Trabajo, donde el jefe del Ejecutivo nacional también ha destacado la importancia de "cambiar las amenazas por propuestas" y huir del revanchismo. El presidente ha pedido que se abandone la "estrechez política" para volver al diálogo en Cataluña para superar los bloqueos que comprometen el éxito de España como sociedad.
Aunque ha evitado pronunciar la palabra "indulto" en su intervención, Sánchez ha abogado por implementar en España y Cataluña una política de "sentido común" y por incluir cambios que permitan dar salida a proyectos en común, que "no ocultarán nuestras diferencias, pero que tampoco se verán frustradas por ellas". "Dejemos atrás la dialéctica estéril de los unos y los otros y busquemos un nuevo 'nosotros'", ha declarado el socialista.
Refiriéndose en todo momento al "futuro", Sánchez ha justificado la posición del Gobierno señalando que "hay que afrontar los cambios imprescindibles en el momento exacto" para apostar por la modernización económica, social y política del Estado y ha pedido que se dejen al margen los dilemas estériles. "Nos jugamos el futuro, que vendrá de la mano del reencuentro, y el reencuentro solo se alcanzará con argumentos, razones y motivos que nos hablen del camino que tenemos por delante juntos", ha alegado el jefe del Ejecutivo español.
"Ha llegado el momento de dar pasos que nos permitan avanzar, buscando en todo momento el beneficio de la ciudadanía por encima de los intereses partidistas o de los cálculos electorales", ha explicado. Además, ha admitido que Cataluña es "imprescindible" para España y que es necesaria su mejor versión para liderar la recuperación del país tras la crisis económica derivada de la pandemia.
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Por su parte, el nuevo presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha apostado en su intervención por "abrir una nueva etapa de diálogo y de negociación" en referencia al conflicto catalán, aunque ha asegurado que la solución pasa por la autodeterminación y la amnistía, "como lo han avalado las urnas". Sin embargo, el político catalán se ha comprometido a "escuchar todas las propuestas" y ha pedido que el Gobierno haga lo mismo.
Aragonès también ha admitido que se han dado pasos adelante, aunque ha criticado de que la anormalidad que supone que en España "haya presos políticos y exiliados, y que Cataluña no pueda decidir su futuro".