MESA REDONDA

Irene Montero vincula bipartidismo y machismo en el veto a Rosell para el CGPJ

La ministra de Igualdad se ha referido al veto del PP y PSOE a que Victoria Rosell formara parte de los vocales del nuevo CGPJ, así como al hecho de que los socialistas finalmente lo aceptaran.

ondacero.es | Agencias

Madrid | 05.11.2022 13:27

La ministra de Igualdad, Irene Montero, acompañada por la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosel | EFE

La ministra de Igualdad y secretaria de Acción de Gobierno de Podemos, Irene Montero, señaló este sábado que la candidatura de la jueza Victoria Rosell a entrar en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) suponía "democratizar un poder fundamental del Estado frente a quienes quieren ejercer los privilegios del bipartidismo, que son también los privilegios del machismo".

Montero intervino en una de las mesas redondas de la llamada 'Uni de Otoño' de Podemos, en Madrid, titulada 'Feminismo y (contra)poder', y allí se refirió al hecho de que el PP vetara, y el PSOE y la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz terminaran aceptándolo, que la actual delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, que fue diputada de Unidas Podemos en 2016, formara parte de los vocales que entraran en el nuevo CGPJ.

La ministra aseguró que ella también creía que la negociación "no iba de nombres", pero atribuyó el veto a Rosell "un intento, seguramente el último de esta legislatura, de volver al bipartidismo", y avanzó que la siguiente "serán las elecciones". "Nos están diciendo: 'No queremos que consigáis democratizar las estructuras del Estado y abstraer el poder judicial de la soberanía popular".

Según su interpretación, el PP quiso vetar "a una feminista que ha conseguido ser jueza" y también "tuvo la osadía de presentarse como independiente en Unidas Podemos y mucha gente la quiso apoyar". Así, la campaña que sufrió de acoso por el exjuez Salvador Alba aliado con el exministro José Manuel Soria "es prototipo de la forma en que el bipartidismo ha querido ejercer el poder" y, al superarla, el PP quiso vetarla como "venganza política".

Ya antes de abordar la renovación del CGPJ y el veto a Rosell, Montero presentó al feminismo como el movimiento social de más capacidad para cuestionar la forma actual de organizar la sociedad y resaltó que "vamos ganando". Frente a ella, aseguró que "los poderosos no están encontrando una forma alternativa de organizar la sociedad para sostener sus privilegios" y por eso sólo les queda "frenar los movimientos que tratan de modernizar la sociedad" o bien "borrar todo lo que ha supuesto el 15-M y volver a un bipartidismo imperfecto".

En otro momento, y partiendo de que no vale con ser mujer para ser feminista, la ministra arremetió contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Dijo de ella que "es una mujer pero ejerce el poder para dar donde más duele a las vidas de las mujeres", que se ven obligadas a afrontar las consecuencias de los recortes en sanidad y educación. "Es lo contrario a una mujer feminista", sentenció. "Cuando ejerce el poder destruye lo común, que es lo que más necesitamos las mujeres para ejercer nuestros derechos".