Con este argumento, entre otros, la fiscal pidió el pasado 31 de octubre al juez del 'caso Púnica', Eloy Velasco, que ordenara el ingreso en prisión del amigo del exconsejero madrileño y ex secretario general del PP de Madrid Francisco Granados, según consta en las grabaciones de las comparecencias de imputados y testigos, a las que el magistrado ha levantado el secreto.
Marjaliza, con un escueto "me acojo al derecho a no declarar", rechazó responder a las preguntas del juez y la fiscal, aunque hace un mes cambió de opinión y declaró unas trece horas ante Velasco a lo largo de tres días, comparecencia que permanece bajo secreto de sumario, al igual que el resultado de las comisiones rogatorias a los lugares en los que se sospecha tenía cuentas abiertas.
Ante su negativa a prestar declaración en el momento de su detención, la fiscal pidió acto seguido el ingreso en prisión de Marjaliza, invocando el riesgo de fuga.
Atendiendo fundamentalmente a sus cuentas en el extranjero y a que "tiene tal entramado de influencias con políticos y otros cargos, que creemos (la Fiscalía) que, si queda en libertad, seguirá cometiendo esos delitos, principalmente de blanqueo, relacionados con la corrupción y contra la Hacienda Pública.
Para la fiscal, Marjaliza llegó a cometer "todos los delitos" relacionados con la corrupción tipificados en el Código Penal y comenzó a hacerlo con su amigo Granados, con el que "se concertó en una primera etapa" cuando éste era alcalde de Valdemoro y posteriormente cuando pasó a la Comunidad de Madrid.
Fruto de esa primera etapa con Granados, añadió la fiscal, Marjaliza fue consiguiendo otra red de contactos con alcaldes y concejales de otros muchos ayuntamientos con la que ha estado consiguiendo no solo contratos de obra o venta de terrenos sino concesiones de servicios.