"El año próximo repetirá y le voy a pedir cosas nuevas. Hay que cerrar cuanto antes los participantes en el show, y ello requiere en muchos casos anular sus actuaciones del día de la fiesta, porque las entradas de esas obras de teatro se venden con mucha antelación", cuenta Iborra, director de esta gala, en la publicación de AISGE (Artistas e Intérpretes, Sociedad de Gestión).
Iborra opina que Rovira "es un monstruo" que en la 29 edición de los Premios Goya "buscó efectos y gags hasta el último momento".
"Le insinué que bailara aquel claqué y lo ensayó dos horas diarias durante seis semanas", matiza.