Las cuestiones sin aclarar sobre Jéssica, la ex pareja de Ábalos: desde el piso en Plaza de España a sus puestos en empresas públicas
Jéssica declara en el Tribunal Supremo con diferentes cuestiones por resolver.

El juez del 'caso Koldo' interroga como testigo a Jéssica Rodríguez, la que fuera pareja de José Luis Ábalos durante dos años, cuyo nombre aparece en esta causa porque se habría beneficiado de las comisiones en especie pagadas por la presunta trama a cambio de contratos públicos mediante dos vías: el alquiler del piso ubicado en la Plaza de España de Madrid y su contratación en dos empresas públicas.
Un alquiler de lujo financiado por la trama
Uno de los elementos clave en la investigación es el apartamento en la Torre de Madrid, en Plaza de España, donde Jéssica residió entre marzo de 2019 y marzo de 2022. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha identificado pagos por valor de 82.298 euros para cubrir la renta mensual de 2.700 euros, financiados presuntamente por el empresario Víctor de Aldama a través de sociedades pantalla.
Tanto Ábalos como su exasesor Koldo García han declarado que este alquiler fue gestionado por Koldo, quien supuestamente buscaba una solución habitacional para su "amiga". Sin embargo, los registros bancarios solo reflejan transferencias realizadas por empresas vinculadas a la trama, poniendo en duda la versión oficial.
Contratación en empresas públicas
Otro de los puntos a esclarecer es la vinculación de Jéssica con dos empresas públicas dependientes del Ministerio de Transportes: INECO y TRAGSATEC. A pesar de que ella era estudiante de Odontología y carecía de la formación necesaria para los puestos desempeñados, logró contratos en ambas compañías. Según Koldo, su contratación respondió a un "favor" que pidió a su hermano, con contactos en dichas empresas.
En una conversación de WhatsApp, Ábalos alertó a Koldo de que el contrato de Jéssica en INECO estaba a punto de expirar. Días después, ella firmó un nuevo contrato con TRAGSATEC, según ha acreditado la UCO. Esto refuerza la hipótesis de que su vinculación con estas entidades no respondió a un proceso de selección justo, sino a favores personales dentro de la administración.
Viajes y pagos: el origen de los fondos
Jéssica no solo recibió un salario público y el pago del alquiler de su vivienda, sino que también percibió entre 1.500 y 12.000 euros mensuales por acompañar a Ábalos en sus viajes oficiales. Esto plantea una cuestión fundamental: ¿De dónde salía el dinero con el que el exministro sufragaba estos gastos?
Las cifras no cuadran con el salario de Ábalos, quien, además, tenía que costear a su familia y otros compromisos personales. Además, existen correos electrónicos que muestran que Jéssica terminó rompiendo la relación con Ábalos por impagos. Todo esto sugiere que los fondos podrían proceder de fuentes irregulares, lo que podría constituir un delito de malversación o financiación ilegal.
Comparecencias clave en la investigación
Jéssica está citada a declarar ante el juez instructor y su testimonio podría esclarecer el origen de los fondos con los que se financió su tren de vida y determinar hasta qué punto existió una estructura corrupta que benefició directamente al entorno del exministro.
Junto a ella, también comparecerá Alberto Escolano, identificado como el presunto testaferro de Víctor de Aldama, quien habría gestionado los pagos del alquiler. Además, están citados otros empresarios que podrían aportar información sobre el flujo de dinero en esta trama.