La investigación se inició a finales de mayo de este año cuando los agentes supieron que un grupo de personas vendía droga en el entorno de locales de ocio nocturno, comercios y prostíbulos, principalmente cocaína y hachís, y después de unas semanas de investigación acreditaron la existencia del grupo.
La organización disponía de una estructura jerárquica con roles definidos para cada miembro: dos jefes se repartían la actividad delictiva, uno traficaba durante la noche y madrugada y el otro lo hacía durante el día.
El hombre que trabajaba de noche vendía a personas que estaban en discotecas o prostíbulos y las transacciones se hacían en el exterior de los locales a demanda, con la ayuda de una de las dos detenidas, que convivía con uno de los jefes.
El líder que traficaba de día lo hacía principalmente con la connivencia del camarero de un bar de Barcelona que también ha sido arrestado.
Los compradores iban al bar cuando querían comprar la droga previa llamada telefónica y la transacción se hacía en el interior del local, aunque en algunos casos la otra detenida se desplazaba para llevar la droga a clientes que no se podían desplazar al bar.
El 11 de agosto se realizó un dispositivo policial con cuatro entradas y registros: una en un bar y las otras en tres domicilios de las localidades de Barcelona y Martorelles, donde se detuvo a las seis personas.
En los registros los agentes localizaron cuatro chalecos policiales, munición de arma de calibre 9 milímetros, una defensa eléctrica y una luz prioritaria.
Además, se han decomisado 80 gramos de marihuana, medio kilo de hachís, 648 de cocaína, dos kilos de sustancia de corte, 35.360 euros en metálico y varios terminales móviles.
Los detenidos pasaron a disposición judicial el 13 de agosto y el juez decretó prisión para los líderes del grupo y libertad con cargos para los otros cuatro.